Concienciar a los niños sobre la importancia de cuidar el medio ambiente es importante de cara a un futuro en el que las nuevas generaciones tendrán que saber gestionar los recursos naturales.
Lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera con el fin de impedir interferencias causadas por el ser humano, peligrosas en el sistema climático es el objetivo para frenar el cambio climático. Esta estabilización de las concentraciones de gases debe lograrse en un plazo clave para que el daño no sea irreversible. Según las últimas investigaciones y a la luz de los datos publicados, las emisiones a nivel mundial están alcanzando unos niveles sin precedentes, aunque aún no hemos alcanzado la cota máxima.
Al parecer, los últimos cuatro años han sido los más calurosos de la historia y las temperaturas invernales del Ártico han aumentado 3 °C desde 1990. Los niveles del mar están subiendo, la vida subacuática como los arrecifes de coral se está dañando, lo mismo que la salud de las personas por la contaminación del aire y las olas de calor.
Sin embargo, todavía estamos a tiempo de frenar el cambio climático con soluciones asequibles para el medio ambiente y con la puesta en marcha de una transición a economías más limpias y resilientes. Los últimos análisis indican que si reducimos desde ya las emisiones de carbono de aquí a 12 años podemos frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 °C.
El cambio climático y su impacto en los niños
Pero, ¿cómo podemos despertar el interés por la preservación de la Naturaleza en los niños? ¿Cómo concienciar a los niños del peligro del cambio climatico? Actuar tanto en casa como en las escuelas y colegios es fundamental.
Los niños deben aprender de boca de sus padres y de sus profesores el problema del cambio climático y aprender desde pequeños a mantener y sostener actitudes y comportamientos ecológicos y sostenibles con el planeta. De este modo, aprenderán también valores como la generosidad y la solidaridad, además de desarrollar cierto grado de empatía y sensibilidad que no sólo tendrán que aplicar a su propia vida, sino que también le ayudarán en su relación con otras personas.
La Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) nos ofrece una sencilla guía para ir asentando las bases.
1. Contaminación. Podemos sensibilizar al niño sobre las cuestiones medioambientales respecto a la contaminación de su entorno próximo: los ruidos, los humos, los olores, la suciedad de las calles y del agua, etc. También podemos proporcionarle experiencias a través de las cuales comprenda la transformación de la naturaleza por la influencia de los cambios del clima y los fenómenos naturales como la lluvia, la nieve o la sequía. La motivación para participar activamente en el cuidado, la mejora y la protección del medio ambiente le ayudará a adquirir habilidades y recursos para intervenir en la resolución de algunos problemas ambientales.
2. Seres vivos. Familiaricemos a los niños con los seres vivos que hay en su entorno (plantas, pájaros, insectos, árboles, flores, etc.), describiendo las características básicas de estos.
3. Actividades eco en la ciudad. Procuremos que los niños tomen conciencia del parque como un lugar agradable para disfrutar y donde conviven plantas, animales, árboles, etc. Que valore las profesiones de las personas que se encargan de cuidar la ciudad: basureros, barrenderos o jardineros, y que reflexione sobre lo que ocurriría si esas profesiones no existiesen.
4. Plantas y flores: sus partes externas, los cuidados que necesitan, lo que nos proporcionan, las clases y nombres… Que descubra cómo nacen y crecen, que necesitan respirar y alimentarse para crecer como nosotros. Plantemos con él semillas y cuidemos del crecimiento de la planta comprobando la necesidad de la luz del sol y el agua para que crezca.
5. Ecoplanes para amar la naturaleza. Busca ocasiones para que los niños se acerque al mundo animal (pájaros, perros, gatos, hormigas, caracoles…), que conozca y comprenda su forma de vida y sus necesidades, aprendiendo a cuidarlos, quererlos y respetarlos.
6. Cultura ecológica. Visita museos de ciencias naturales con tus hijos. Al llegar a casa, comentaremos acerca de lo que hemos visto, que el niño comparta sus impresiones y realice dibujos sobre lo que más le ha sorprendido.
7. Documentales. Ver juntos y en familia los documentales que guardan relación con la Naturaleza y los fenómenos naturales (animales, plantas, volcanes, huracanes, etc.).
8. Excursiones. Al monte, a la playa, a la montaña… Disfrutemos juntos de todos los elementos de la Naturaleza y enseñemos a los niños a cuidarlos.
9. Cariño hacia plantas y animales. Debemos fomentar el amor por la Naturaleza, pero sin correr riesgos. Esto significa que no hay que olvidar alertar a los niños sobre las precauciones que deben tomar para evitar picaduras de avispas, arañas u otros animales. También podemos mostrarles que los frutos de algunas plantas que no deben llevarse a la boca o a los ojos. No hay que fomentar el miedo, solo se trata de que conozca y ame la Naturaleza sin correr riesgos.
10. Cuidado del medio ambiente. Aprender a reciclar y reutilizar es la mejor inversión para el medio ambiente. Cuidar el medio ambiente es imposible de manera individual y ya que vivimos en sociedad, debemos reflexionar y hacer conscientes a los niños del importante papel colectivo que tenemos para protegerlo entre todos. Frenar el cambio climático es responsabilidad de todos.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Elvira Sánchez Igual. Coordinadora de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE)
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