Toda la vida se puede seguir aprendiendo
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Durante muchos años hemos pensado que nacíamos con un cerebro inmutable y que vivíamos con él intacto hasta nuestros últimos días. Hoy, gracias a las investigaciones sobre neurociencia, sabemos que existe la neuroplasticidad, una propiedad del sistema nervioso que nos permite adaptarnos continuamente a las experiencias vitales.

Nuestro cerebro es extraordinariamente plástico, ya que puede adaptar su actividad y cambiar su estructura de forma significativa a lo largo de la vida. Ésto nos demuestra que las experiencias que vivimos hacen que nuestro cerebro se modifique constantemente.

También nos ayuda a conocer que el aprendizaje se produce a cualquier edad y que somos capaces de generar nuevas neuronas en la vejez, algo que era impensable hace sólo algunos años. Por lo tanto, sabemos que la edad no es determinante a la hora de aprender cosas nuevas. ¡Tenemos en nuestro cerebro flexible una gran capacidad para adaptarnos a los cambios!

¿Qué aporta la neuroplasticidad en la educación?

En educación, el concepto de plasticidad nos confirma que todos los alumnos pueden mejorar, aunque existan condicionamientos genéticos, ya que el talento se construye con una práctica continua.

Nuestra responsabilidad como docentes y/o padres, radica en guiar y acompañar a los niños en este proceso de aprendizaje y crecimiento continuo, no sólo para la escuela sino, también para la vida.

Una gran aliada es la dopamina que es un neurotransmisor que interviene en procesos de gratificación y motivación fundamentales en el aprendizaje. Al liberarla, se activan circuitos de recompensa que fomentan la atención.

Como docentes es muy importante saber activar este sistema con nuestro lenguaje no verbal (gestos, miradas, etc) y con creatividad que genere la sensación de novedad para captar la atención e incentivar a querer saber más sobre algo nuevo, por parte de nuestros alumnos.

La neuroplasticidad en nuestra vida diaria

Diversos estudios, han revelado que la emoción que nos genera el agradecimiento diario reduce el estrés entre otros muchos beneficios. Esto se debe a que la gratitud activa el hipotálamo, lo cual tiene un impacto positivo en el metabolismo, el estrés y otras conductas.

Regula las hormonas responsables de muchas funciones, como la temperatura corporal, las respuestas emocionales y las funciones de supervivencia como el apetito o el sueño.

También, la gratitud es liberadora de la dopamina que nos transmite placer. En adolescentes, se ha demostrado que los que practican la gratitud diaria son menos propensos a experimentar bullying o a tener pensamientos suicidas. Por lo tanto, la gratitud en su práctica habitual, también nos ayuda a sentir mayor autoestima y compasión entre otros beneficios.

En la práctica: un ejercicio diario para estimular la neuroplasticidad

Te propongo un ejercicio que consiste en utilizar tu escritura reflexiva diaria. Tómatelo como algo necesario, como el aire que respiras. Y si lo haces con tus hijos o alumnos te garantizo que será extraordinario.

Escribe todo aquello en lo que estás agradecido en tu vida:

1. Antes de comenzar, evalúa qué grado de gratitud sientes o tienes en ese momento (poca, media o mucha).

2. Apunta las siguientes preguntas y contéstalas en tu diario:
- ¿Cuánto te valoras hoy?
- ¿Te sientes suficiente?
- ¿Estás agradecido por tu salud?
- ¿Reconoces la fortuna de poder respirar?
- ¿Tienes una cama confortable en la que duermes?
- ¿Disfrutas del alimento que tienes en tu nevera?
- ¿Agradeces a todos los que han intervenido para que puedas llevarte ese bocado a tu boca?
- ¿Cuántas personas extraordinarias tienes a tu alrededor?
- ¿Les has dicho que las quieres y lo importante que son para tí?
- ¿Has llamado a ese amigo que nunca tienes tiempo para hablarle?
- ¿Te has regalado 5 minutos en silencio para escucharte?

3. Puedes crear tus propias preguntas diarias, no hay ni buenas ni malas. Después de responderlas a todas, vuelve a medir ese grado de gratitud que hay en tí. Verás que ha subido con creces y te sentirás extremadamente agradecido.

Viviendo en la vorágine del día a día en la sociedad de hoy nos olvidamos de hacernos conscientes de agradecer, sonreír y pensar en lo afortunados que somos. Hoy es un día único en tu vida y no habrá otro igual. ¿Cómo lo quieres aprovechar?Somos la única especie que utiliza la plasticidad para perfeccionar y evolucionar el cerebro por lo que eso es lo que nos hace diferentes y singulares.

Pero, además, cada individuo de nuestra especie es único e imprevisible y participa de su propia evolución debido a la influencia de las experiencias vividas. ¡Hagamos que cada día de nuestra vida sume y cuente!

Gabriela García González. Autora del libro La mejor coach para tus hijos ¡eres tú!,! es una referente del coaching para niños y el empoderamiento infantil y femenino. Educadora y experta en desarrollo personal integral.

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