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9 consejos para el día del examen

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Preparar bien un examen es la mejor garantía para obtener una excelente calificación, pero además te será muy útil tomar buena nota de estos consejos para que esa preparación luzca el día del examen. Para evitar que los nervios te juegen una mala pasada, estos 9 consejos para el día del examen te ayudarán a plasmar con claridad todo lo estudiado y a evitar que puedas desconcentrarte antes de comenzar la prueba.

Consejos útiles para el día del examen

Ya nos encontramos en el día crítico, en el día del examen, donde pondremos a prueba nuestros conocimientos y cómo hacerlos llegar al examinador. ¿Qué hacer?

1. Si el examen se realiza por la mañana, lo primero es tomar un desayuno suave para mantenernos activos durante el examen. Si es por la tarde, también ayuda tomar antes un tentempié. Hay que evitar las comidas copiosas que adormecen y dificultan la concentración, y también acudir al examen en ayunas.

2. Evita las charlas con los compañeros sobre temas directa o indirectamente relacionados con el examen: «en el otro grupo plantearon estas preguntas», «creo que van a caer tales cuestiones», «¿a qué no te sabes esta pregunta?», etc. Estas charlas preexaminatorias no aclaran las dudas ni preparan para el examen, todo lo más que consiguen es incrementar el nivel de ansiedad, perder la visión de conjunto y situarnos al borde del abismo. Un alto nivel de ansiedad dificulta la secreción de neurotransmisores y, por lo tanto, la recuperación de la información.

3. Procura ir a tiempo a la convocatoria del examen. Si llegamos tarde, molestaremos a los examinadores y a los compañeros, habremos perdido las explicaciones orales y unos preciosos minutos. Llegar con mucho tiempo de antelación también puede resultar problemático, pues en ese tiempo los examinandos suelen dedicar su tiempo a comentarios en torno al examen, lo cual incrementa su grado de ansiedad.

4. Lee atentamente las instrucciones y preguntas del examen y procura estar bien seguro de haberlas entendido. Después, hemos de distribuir racionalmente el tiempo con arreglo a la dificultad y extensión que presente cada pregunta.

5. Realiza una exposición clara y bien diferenciada. Las ideas deben aparecer de manera bien clara y precisa. Las ideas principales se deben completar con las secundarias y los detalles. Toda exposición clara tiene:

a. Introducción: para demostrar que comprendemos globalmente la pregunta que nos han formulado.
b. Argumentación: para enumerar hechos y aportar razones que prueben lo expuesto anteriormente.
c. Conclusión: para sintetizar en un par de frases el contenido básico de lo expuesto, indicando al mismo tiempo si es posible alguna aplicación práctica.

6. Cuida las expresiones y las palabras al escribir. Si es una pregunta amplia, se puede hacer en un papel aparte un esquema de los puntos esenciales que se desean exponer guardando un orden lógico. Hay que ir al «grano», no divagar ni pretender dar la impresión al examinador de que sabemos mucho por la cantidad de hojas que escribimos. Se debe contestar con orden, con la mejor letra posible, sin tachaduras, ni borrones.

7. Guarda un orden en las respuestas. Lo más práctico es comenzar por las que se saben mejor, ya que así se pierde el miedo y se adquiere confianza en uno mismo. Las preguntas que peor se dominan se deben contestar hacia el medio, y dejar alguna pregunta que se domina bien para el final, para que el profesor se quede con buena impresión. Hay que procurar reservar unos minutos al final del examen para repasar las respuestas, revisar la puntuación, acentos y las posibles faltas de ortografía y si hemos omitido algo esencial en las respuestas.

8. Trata de no dejar ninguna pregunta en blanco. Una pregunta en blanco se puntuaría con 0. Lo más razonable es intentar centrar la atención en el significado de la pregunta y tratar de encontrar relaciones lógicas con otras cuestiones. Intentar decir algo que sea coherente y tenga relación más o menos directa con la cuestión.

9. Si no se recuerda la respuesta adecuada a una pregunta, se puede intentar relacionarla con otros contenidos semejantes y con los que guarde alguna relación. Podemos formularnos la pregunta desde otros ángulos y con nuestras propias palabras. Es posible que llegue la inspiración.

Marisol Nuevo Espín

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