Las virtudes de la masculinidad están en tela de juicio en nuestra sociedad. Muchos jóvenes se sienten confundidos cuando llegan a la adolescencia y buscan su identidad. La masculinidad, ¿está en crisis? He aquí algunos puntos para sacar lo mejor de un hombre como ser masculino. También las mujeres tenemos que aprender de ellos, porque como decía la psicóloga Martine Delfos, "la belleza está en la diferencia, en la complementariedad".
Hacer Familia ha contado con la opinión de dos especialistas: La doctora Ana Mercedes Rodríguez, Médico-Sexóloga y Charo González Martín, Doctora en pedagogía y especialista en Terapia matrimonial.
9 puntos para sacar lo mejor de un hombre como ser masculino
1. Naturalidad. Hay que mostrarse con naturalidad, con libertad, tal y como uno es, sin intentar hacerse el gallito o el chulito, porque eso es "más cosa de hombres". Lo importante es dar lo mejor de mí mismo.
2. Sincero y transparente. La sinceridad y la transparencia son cualidades nobles y muy lejos del calificativo "es un fantasma", aquel que esconde su realidad para convertirla en algo mucho más grandiosa, pero que en realidad no existe. Hay que darse a conocer de verdad, sin engaños.
3. Expresar los sentimientos. Muchos especialistas opinan que los chicos, debido a cuestiones antropológicas y sociales, son más torpes para expresar sus sentimientos y sus emociones, "les faltan palabras", les cuesta hablar de sí mismos en profundidad. Sin embargo, otras teorías aducen a motivos educacionales, porque siempre les han enseñado a aguantar y a ser fuertes. El chico que sabe expresar sus sentimientos, que es capaz de manifestar qué siente, cómo se siente, es admirado.
4. Emprendedores. Los chicos generalmente se reúnen para hacer cosas, para proyectar, para idear. Es una virtud del hombre, crear, trabajar. Pero es una virtud siempre y cuando no se dejen llevar por su "orgullo masculino" malentendido, o su competitividad.
5. Poco complicados. Esta es una característica que, desde siempre, ha definido al hombre. Ellos son menos "complicados" que las mujeres. Ellos son más sencillos en este aspecto, virtud muy positiva a la hora de relacionarse con los demás o no dar más importancia a los sucesos del que tienen.
6. Esquemáticos y prácticos. Por lo general, la chica define las cosas con circunloquios, explicando los pormenores y lo aledaños; el chico es esquemático, práctico y va al grano sin tener en cuenta "las cosas sin importancia" que para ella "son el núcleo central del problema". A la hora de las actuaciones, también ellos son más esquemáticos y prácticos. Las mujeres estamos aprendiendo de ellos esa rapidez en las acciones.
7. Detallistas y educados. Antiguamente se distinguían a los hombres en caballeros o no, y una de las virtudes de su caballerosidad era el respeto y los detalles de cortesía ante una mujer. Quizás el feminismo radical haya enterrado estas virtudes del hombre, o estén ya en desuso.
8. Despertar sexual más violento. El chico vive un despertar sexual más violento, más inquieto. Eso hace que muchas veces tengan fama entre las chicas de que "siempre piensan en lo mismo". Es normal, forma parte de la evolución en lo puramente biológico. La sexualidad y el amor requiere mucha sinceridad, mucho diálogo, mucha fidelidad, mucho respeto, etc.
9. Con personalidad y firmeza. Personalidad no quiere decir que siempre tengan que salirse con la suya, que siempre sea él el que debe tener la razón, el que tenga la última palabra. El hombre con personalidad y firmeza es el que fomenta, cuida y educa todas las virtudes, digamos, masculinas: la fuerza interior, la decisión, la cortesía, su lógica esquemática, ser emprendedor y decidido, no detenerse en las cosas aledañas, ser capaz de dar protección y seguridad, sincero, abierto y acogedor.
Jaime Márquez
Asesoramiento: Doctora Ana Mercedes Rodríguez, Médico-Sexóloga y Charo González Martín, Doctora en Pedagogía y especialista en Terapia matrimonial.
Te puede interesar:
- La masculinidad, ¿está en crisis?
- Cómo hablar de educación sexual en casa
- La sinceridad, educar en valores
- El machismo, ¿existe entre los jóvenes?
