El
desarrollo de un niño comienza desde el
nacimiento de los más pequeños. Los padres deben recordar que la familia es el primer entorno de
aprendizaje de los menores. También el hogar pasa a ser el punto de partida en la educación de los hijos y desde el que empiezan a conocer el mundo que los rodea. Un ejemplo es la curiosidad de la infancia, por la que preguntan por todo.