Los alumnos de habla hispana empiezan a leer extraordinariamente rápido en comparación con otras lenguas. La confluencia de sonidos y letras permite que sea relativamente sencillo transformar las grafías en sonidos. Pero los expertos ven un riesgo grave: algunos niños se quedan
"atrapados" en la lectura mecánica, no pasan correctamente a la comprensiva y, en el camino, se dejan el
amor por los libros. Hay esperanza, estamos a tiempo de evitarlo.