Actualizado 22/06/2022 13:44

10 reglas de oro para cuidar el medio ambiente, según AMEI

10 Reglas De Oro Para Cuidar El Medio Ambiente, Según AMEI
10 Reglas De Oro Para Cuidar El Medio Ambiente, Según AMEI - ISTOCK

El Día Mundial del Medio Ambiente es un día celebrado en muchos países el 5 de junio. Este día ha ido ganando relevancia desde que comenzó a celebrarse en 1974 y, ahora, es una plataforma mundial de divulgación pública con amplia repercusión en todo el globo. Con motivo de este día tan importante, la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) ofrece un decálogo de cómo los niños y niñas pueden contribuir al cuidado y preservación del medio ambiente.

Educación infantil para cuidar el medio ambiente

Es muy importante que, desde pequeños, enseñemos a los niños a amar y apreciar el mundo natural y a actuar en correspondencia con estos sentimientos, contribuyendo a su cuidado y preservación. Las informaciones, los hábitos y las experiencias que se adquieren en el entorno familiar vinculados al respeto, el cuidado y el amor a la naturaleza, son las de mayor impacto para los niños y se ven reforzadas por las acciones educativas en el colegio.

Aunque pueda parecer que el niño menor de seis años aún es pequeño para comprender estos conceptos, no debemos subestimar su competencia al respecto. El pequeño tiene una relación muy estrecha con su entorno inmediato, si los adultos estimulan su autonomía para desenvolverse en el medio, están sentando las bases para relacionarse positivamente con la Naturaleza y el medio ambiente.

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Décalgo infantil: las 10 reglas de oro de AMEI

"Las 10 reglas de oro" de cómo un niño en su práctica habitual puede ayudar a cuidar el medio ambiente.

1. Reciclar es un juego muy divertido, es colocar cada cosa en el cubo del color adecuado.

2. El agua es un bien escaso. Cuando te laves los dientes después de comer o las manos antes de cada comida, has de cerrar el grifo.

3. No tires papeles al suelo, para eso unos niños muy listos han inventado las papeleras. Si vas de paseo por la calle y no ves ninguna papelera, guarda en el bolsillo lo que quieras tirar y lo tiras en casa, en el cubo del color que le corresponde.

4. Apaga la luz de la habitación cada vez que salgas. Y no duermas con la luz encendida.

5. Como los recursos son limitados, comparte tus juguetes y tu material escolar con otros niños.

6. Cuando quieras dibujar, aprovecha la parte trasera de un folio ya usado.

7. Las plantas son seres vivos, por tanto no hay que pisarlas ni arrancarlas y hay que regarlas a diario.

8. Las mascotas son animales de compañía que están a tu cuidado. Por ello tienes que darles de comer, de beber, llevarlas al veterinario frecuentemente y no solo cuando se ponen malas, jugar con ellas, sacarles a pasear para que vayan al baño, darles cariño*. Y sobre todo, no hacerles cosas que les puedan molestar o doler.

9. Las cosas que hay en la calle son de todos y hay no hay que dañarlas, romperlas o ensuciarlas.

10. Hay que cuidar y respetar el medio ambiente, pero también hay que respetar y cuidar a las personas que te rodean.

Según Juan Sánchez Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), "los maestros son los arquitectos del desarrollo sostenible ya que la educación es la piedra angular que sustenta los futuros comportamientos respetuosos con el medio ambiente. Y el motor para conseguir el ansiado futuro sostenible han de ser los maestros en colaboración con los padres".

Desde esta asociación se anima a padres y docentes a "EDUCAR, MOTIVAR y CONCIENCIAR para un futuro más sostenible".

Elvira Sánchez-Igual, psicóloga y responsable de comunicación de esta asociación explica que la naturaleza esté intrínsecamente vinculada con la salud mental y que tiene mucho que ver con cómo hemos evolucionado. Muchos adultos fueron auténticos naturalistas en su niñez, pero han dejado atrás el mundo de la naturaleza a medida que el mundo adulto les ha absorbido en el torbellino de las responsabilidades y las obligaciones.

Según la psicóloga "que vivamos en espacios urbanos es muy reciente -explica- durante cientos de miles de años hemos estado en contacto continuamente con entornos naturales. A nuestro cerebro aún no le ha dado tiempo de adaptarse a los entornos urbanos y se estresa. Por eso cuando las personas van a espacios naturales, el cerebro se relaja. Esto se ha comprobado con diversos estudios que han detectado cambios la actividad en algunas áreas cerebrales, como el córtex prefrontal".

Marisol Nuevo Espín

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