A veces los padres tenemos la sensación de que hablamos con nuestros hijos y no nos escuchan. Le pides a tu hijo o hija que haga algo, pero no te hace caso, parece que no te escucha. No presta atención ni obedece, y puede que te sientas frustrado e irritado, incluso quizás acabas perdiendo la paciencia y se te escapa algún grito, ¿verdad? Es una situación que se repite en muchas familias.
«María, recoge tus juguetes».
«Juan, a cenar».
«Pedro, te he dicho veinte veces que es hora de lavarse los dientes».
5 consejos para que tus hijos te hagan caso
Sabemos lo frustrante que puede llegar a ser repetir las cosas muchas veces. Por este motivo, aquí tienes unas sencillas estrategias para lograr captar la atención de tus hijos sin necesidad de recurrir a los gritos, castigos, chantajes ni amenazas. Y es que es posible obtener la colaboración de nuestros pequeños hablándoles con respeto, con calma y cariño a la vez que con mensajes claros. Veamos algún ejemplo:
1. Anticipa
La primera herramienta consiste en establecer normas claras con anterioridad. Por ejemplo: tu hijo quiere ver un rato los dibujos animados. Antes de encender la tele, acuerda con él el tiempo y asegúrate de que lo entiende. En vez de decirle «tienes 10 minutos» (los más pequeñitos no tienen asimilada la noción temporal), mejor indícale: «vemos 2 capítulos y cuando termine el segundo, apagamos la tele».
2. Asegúrate de que tienes su atención
A veces damos las órdenes hablando desde otra habitación, a gritos. En vez de esto, acércate hasta el lugar donde él esté. Agáchate, colócate a su altura, llámale por su nombre y busca el contacto visual mientras le das el mensaje con un tono suave y firme a la vez. Puedes pedirle que repita lo que le has dicho, para asegurarte de que lo ha entendido.
3. Mensaje claro y concreto
A veces, sin darnos cuenta, nos encontramos dando muchas órdenes: «no saltes», «deja de correr», «bájate que te vas a caer». En vez de dar varias consignas de golpe, es mejor ir paso a paso.Dile qué esperas que haga, y díselo en afirmativo. Por ejemplo, en vez de «no corras que te vas a caer» puedes decirle «por aquí hay que ir caminando despacito.»
4. Ofrécele opciones limitadas
¿Te imaginas estar todo el día recibiendo órdenes? «Vístete» «Recoge tus juguetes» «Ven aquí» «Vete a dormir»… A todos nos gusta sentir que podemos escoger, que tenemos control sobre nuestra vida y podemos tomar decisiones. Hay momentos en el día a día en los que podemos dejar que nuestros hijos tomen decisiones. Por ejemplo, a la hora de vestirse: ofrécele dos conjuntos y que sea él quien elija entre esas dos opciones.
5. Revisa tus expectativas
Con frecuencia, el problema no está en lo que los niños hacen o dejan de hacer. El problema es que los adultos tenemos expectativas poco realistas sobre cómo debe comportarse un niño. Pretendemos que se comporten de una manera que no corresponde ni con su edad ni con su nivel de desarrollo y esto nos causa frustración tanto a nosotros como a ellos. Por ejemplo: pedir a un niño de dos años que esté tres horas sentado en la silla del restaurante es poco realista. En ese caso, me tocará a mí adaptarme y buscar opciones. Yo soy la adulta, no él.
Si queremos que nuestros hijos nos escuchen, es importante que, además de aplicar las recomendaciones anteriores, cuidemos nuestro lenguaje. Cuidar el lenguaje implica ser conscientes tanto del mensaje en sí, como del tono, los gestos, el volumen, la postura…
Como bien sabes, en la crianza no hay fórmulas mágicas, pero sí herramientas que nos ayudan a conectar y actuar de manera consciente en vez de dejarnos llevar por la desesperación del momento.Y tú, ¿sientes que tu hijo no te escucha cuando le hablas? ¿Crees que puedes aplicar alguna de las herramientas que propongo en el artículo? Te animo a reflexionar sobre ello y a ponerlo en práctica.
Cristina Carbonell Valls. Fundadora de Cristic @cristic2day
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