La pandemia lastró el curso de los más pequeños. - ISTOCK
La pandemia lo cambió todo y nos hizo enfrentarnos a situaciones para las que no estábamos preparados. La improvisación se hizo presente en todos los hogares, desde los más pequeños hasta los más grandes. De hecho, los niños tuvieron que dejar atrás las aulas para empezar a seguir las clases a distancia desde diversas plataformas de videollamada.
¿Se consiguieron los objetivos propuestos? ¿Se alteró, de alguna manera los mismos objetivos que si todo se hubiera desarrollado de igual manera? Un nuevo estudio se acerca a esta realidad, ahora ya dejada atrás. Este trabajo publicado en la revista Nature Human Behaviour ha concluido que la pandemia trajo consigo un retraso en el aprendizaje de los estudiantes y que se han vistos a lo largo de 2022.
Cierre de escuelas e institutos
Como ya se ha dicho, la pandemia supuso el cierre de colegios e institutos como resultado de las cuarentenas y de los confinamientos, apareciendo nuevos modelos de enseñanza a distancia, o modelos híbridos. Los resultados de este trabajo revelaron que, aproximadamente, en torno al 35% del curso escolar se perdió con motivo de esta situación especial vivida a partir de 2020.
Este es uno de los datos alcanzados por este estudio en el que participaron 15 países de todo el mundo y del que se obtuvieron diversos datos en estudios realizados en cada uno de ellos. Los autores explican que el déficit en el aprendizaje no es algo propio de un país en concreto, sino que este retraso se ha observado en todos estos lugares y que comenzó al principio de la pandemia, persistiendo a lo largo del tiempo.
Entre las materias que más se vieron afectadas por este retraso en el aprendizaje, las matemáticas se llevan la palma. En torno al 95% de la población estudiantil se vio afectada por el cierre de los centros educativos y se calcula que la enseñanza híbrida a afectado a la educación.
Efectos en el currículum académico
El primer efecto que se ha encontrado es la lentitud en el progreso del aprendizaje. Esta desaceleración en el ritmo estudiantil persistió hasta mediados de 2022. Los investigadores señalan que se hacen necesarias iniciativas para recuperar la pérdida de la enseñanza educativa. La renuncia a la enseñanza presencial significó también la limitación de las extraescolares, teniendo efectos en la salud mental y física.
Esto ha supuesto que no se haya respetado su derecho al juego y la posibilidad de conocer a otros niños, o de interactuar con ellos. A largo plazo es posible que se aprecie que este déficit en el aprendizaje afecte a las oportunidades en el mercado laboral de los más niños. Por ellos los padres deben trabajar en este sentido y trabajar por estimular a sus hijos, también desde casa.
Damián Montero
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