El 27.º Congreso Católicos y Vida Pública, celebrado bajo el lema «Tú, esperanza», se abrió con unas palabras de Kevin D. Roberts, presidente de la Fundación Heritage: “Debemos poner a las familias en el centro de la vida pública y llenar las lagunas con esperanza. Construir la cristiandad se logra de manera conjunta, con unidad. Lo bueno de Occidente es que une nuestra naturaleza. Podemos asociarnos y aprender los unos de otros”. Estas palabras de Kevin D. Roberts, presidente de la Fundación Heritage, han abierto el 27.º Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU el 14 y 15 de noviembre. En esta edición, el tema era “Tú, esperanza”.
Roberts, presidente de una de las fundaciones conservadoras más influyentes en Estados Unidos, intervino con la conferencia inicial del Congreso. Durante su conferencia aseguró que las élites nos han vendido que el tiempo de la cristiandad ha pasado, que ha cedido y que la luz de la civilización occidental se apaga. “La crisis de nuestro tiempo es su obra, no la nuestra. Son ellos, con sus políticas y su autoritarismo, los que han amenazado nuestra seguridad nacional”.

Incidió en que estas élites seculares “son las que dirigen el mundo”. Sin embargo, apuntó, “sus deseos han fracasado. Estas élites han querido romper los lazos de la fe y la razón con sus políticas sociales, económicas, familiares… a través de su globalismo y sus políticas woke, pero son nuestros socios involuntarios, han hecho el trabajo por nosotros, han llevado a cabo su propia desacreditación”.
El presidente de la institución que influye intelectualmente en el gobierno norteamericano recordó que “el optimismo es un estado de ánimo, la esperanza es una virtud, es construir. La élite quiere hacernos creer que es imposible reconstruir la cristiandad después de toda esta decadencia, que es imposible reavivar el espíritu de Occidente”. Sin embargo, “la esperanza es la certeza de que el cuerpo de Cristo, su Iglesia, muere y vuelve a resucitar. Mientras el mundo parece venirse abajo, nuestra Iglesia ya ha estado al borde del precipicio en numerosas ocasiones”.
Acabó citando a un santo español contemporáneo: “Lo único que no podemos hacer hoy los cristianos es esperar. Solo debemos recordar lo que dijo San Josemaría: Que tu vida no sea una vida estéril. Sé útil. Deja poso. Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor”.
Previamente a la conferencia de Roberts, en la inauguración del Congreso, el presidente de la ACdP y del CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, aseguró que hay motivos para la esperanza por las “numerosas realidades de la Iglesia y por el movimiento cultural, cada vez más amplio y potente, que se observa en todo el mundo”. También intervinieron los codirectores del Congreso, José Masip y María San Gil. Contó también con el consiliario de la ACdP, Fernando Cruz-Conde, y el encargado de negocios de la Nunciatura en España, Mons. Roman Walczak.

En la segunda jornada del congreso, Sophia Kuby, directora de Relaciones Estratégicas y Capacitación de ADF Internacional (organización que da soporte legal a cristianos enjuiciados por sus creencias), recordó que ante “un mundo caótico, hostil e irracional, donde las ideologías crean cada vez más víctimas, tenemos una tarea que no elegimos nosotros, no es opcional y forma parte de la esencia del cristiano: transformar la sociedad”.
Kuby concluyó: “el futuro de la humanidad está en manos de aquellos que son lo suficientemente fuertes como para dar a las generaciones venideras razones para vivir y esperar. La forma en que pensamos sobre el mundo y la propia existencia es decisiva. Nuestra propia forma de pensar es el primer campo misionero. Lo que hacemos es consecuencia de cómo pensamos”. El expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, impartió la conferencia de clausura. Advirtió del peligro de los totalitarismos y puso como ejemplo la dictadura que vive Venezuela: “una herida viva e infectada”.
Añadió que, “sin un liderazgo moral, no se derrota una dictadura”, destacando el papel de María Corina Machado. “El verdadero combate está dentro de nosotros mismos y comienza por algo muy concreto: no dejar que la mentira se convierta en costumbre, en el sistema de vida; no aceptar que la injusticia sea algo normal o que la oscuridad tape la esperanza”.
Esta 27.ª edición del congreso ha albergado a más de tres mil asistentes presenciales y online de todo el mundo.
