¿Tu Hijo Se Endada Demasiado? Estas Son Algunas Explicaciones Al Respecto.
¿Tu Hijo Se Endada Demasiado? Estas Son Algunas Explicaciones Al Respecto. - ISTOCK

La frustración es una de las situaciones a las que se deben enfrentar todos los niños en algún momento. No todo siempre sale como uno quiere y el 'no' es una respuesta que se ha de escuchar y son muchas las reacciones que pueden tener los más pequeños de la casa. Una de ellos es el enfado, pero, ¿qué sucede si este este estado de ánimo es el más habitual en tus hijos?

La psicóloga Cecilia Cores indica que una actitud susceptible puede hacer que los niños enfrenten sus relaciones sociales de una forma impulsiva, desproporcionada e inapropiada. De esta forma los llantos, enfados y cierta agresividad son las reacciones más habituales ante situaciones que represente cierta frustración. Por ello, los padres deben inculcar a sus hijos las lecciones necesarias.

¿Enfado o rabieta?

Puede parecer que una rabieta es similar a un enfado. Al fin y al cabo, son reacciones a situaciones que le han causado cierta frustración, pero existe diferencias entre ambas:

- El enfado es una emoción en la que se activa un sentimiento de disgusto, una mala disposición que se dirige hacia una persona o cosa en concreto y que se genera normalmente por algo que perjudica o va en contra de la persona.

- La rabieta hace referencia a un gran enfado que se manifiesta de una manera violenta con gritos, irritación, agresiones, etc. Al contrario que el enfado, en una rabieta la persona que se encuentra en ese estado se convencen a ellos mismos de tener la razón y no caen en la posibilidad de ceder la razón.

¿Por qué mis hijos se enfadan mucho?

Estas son algunas de las causas que explican los enfados habituales en los niños:

- Los niños, desde que nacen hasta los 3 años, se encuentran desarrollando la región orbitaria frontal del cerebro, que es la que se encarga de las funciones emocionales. Esto quiere decir que los pequeños en estos momentos también pueden estar estresados y de ahí generar el enfado.

En esas edades no son capaces por ellos mismos de saber calmarse y necesitan la figura de un adulto para que regule esos comportamientos y son totalmente dependientes de la figura materna o paterna.

- En algunos casos el enfado se puede relacionar con una baja autoestima. Hay que saber que las emociones, incluido el enfado, están muy relacionados con la autoestima del niño. No tener confianza en uno mismos puede estar causado inseguridades, miedos o una concepción negativa de la propia persona.

- Aunque, otra de las causas que también pueden generar esos enfados continuos y rabietas puede estar generado por algún tipo de trastorno encubierto como el TDH o TDA. Es decir, muchas de esas rabietas son causadas por una sobreestimulación sensorial a estímulos que les afectan más a la hora de gestionarlos.

Frente a estas situaciones los no deben enfadarse cuando sus hijos muestren estas actitudes. Debemos acompañarlos y estar calmados, comprendiéndoles, escuchándoles y siendo cariñosos con ellos. Cuando estén tengan estos comportamientos hay que abrazarles y, si no quieren, puede apostarse por otras reacciones como acariciarles el pelo o la espalda. Realizando esto se consigue que el niño note que los mayores están de su lado y que nos importa su enfado.

Damián Montero

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