Poner palabras a los sentimientos es un reto para los niños - ISTOCK
Los niños, especialmente en los primeros años de su desarrollo, experimentan una amplia gama de sentimientos sin tener siempre las palabras para expresarlos. Los padres, al mismo tiempo, nos enfrentamos al reto de comprender y responder adecuadamente a estas emociones sin un mapa claro de navegación.
Aquí es donde entran en juego los puentes emocionales. Estos puentes deben construirse con empatía, paciencia y comunicación afectuosa. Son los medios por los cuales los padres podemos tender una mano a nuestros hijos, ayudándoles a cruzar el abismo entre lo que sienten y lo que pueden expresar.
Cristina Cortés, psicóloga especializada en Infantojuvenil, que dirige el Centro Vitaliza de Pamplona y es autora de Esculpiendo palabras en la arena (Desclée De Brouwer), explica que "sentir una emoción es una especie de descarga eléctrica sensorial que se vive y se percibe en el cuerpo, y que se aprende a identificar y a nombrar en la medida en que los padres, papá, mamá y los cuidadores las infieren en el niño y las van poniendo nombres".
Construyendo puentes con empatía y escucha activa
La empatía es el primer ladrillo en la construcción de estos puentes emocionales. Significa ponerse en los zapatos del otro, entender sus emociones desde su perspectiva única. Cuando los niños están enojados, tristes o confundidos, es fundamental que los padres validemos sus sentimientos y les demos espacio para expresarse sin juicio ni crítica.
La escucha activa es otra herramienta poderosa en la caja de herramientas de los padres. Implica prestar atención plena a lo que nuestros hijos nos están comunicando, no solo a través de las palabras, sino también a través del lenguaje corporal y las expresiones faciales. Al hacerlo, los padres podemos captar las emociones subyacentes y responder de manera más efectiva.
De la sensación a la palabra: fomentando la inteligencia emocional
A medida que los niños crecen y desarrollan un vocabulario más rico, es crucial enseñarles a asociar sus sentimientos con palabras. Los padres podemos modelar este proceso etiquetando y expresando sus propias emociones de manera clara y positiva. Por ejemplo, en lugar de simplemente decir "estoy molesto", podrían decir: "Me siento frustrado porque no puedo encontrar mi cuaderno".
Una de las formas de acercar el mundo emocional a la superficie y a su comprensión es a través del dibujo y las ilustraciones. Cristina Cortés cree que "las ilustraciones y el arte ayudan a organizar las emociones, a colorear y a armonizar las narrativas vitales, sean las que sean".
Además, es útil proporcionar a los niños un vocabulario emocional variado y enriquecedor. Esto les permite identificar y comunicar sus sentimientos de manera más precisa y les ayuda a desarrollar una mayor inteligencia emocional, lo que a su vez fortalece su capacidad para gestionar conflictos y relacionarse con los demás.
Cruzando el puente juntos: construyendo relaciones fuertes
Los puentes emocionales no solo conectan a las personas con sus propios sentimientos, sino que también unen a padres e hijos en un lazo de comprensión y amor. Al construir y cruzar estos puentes juntos, padres e hijos pueden fortalecer su relación, cultivar la confianza mutua y crear un espacio seguro donde las emociones sean acogidas y valoradas.
En el terreno de la educación emocional, la construcción de puentes requiere tiempo, dedicación y paciencia. Pero al final de este camino, los frutos de esta labor son invaluables: niños más seguros, padres más conectados con sus hijos y relaciones familiares más profundas.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Cristina Cortés, psicóloga especializada en Infantojuvenil.
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