Actualizado 16/04/2022 17:21

Vómitos en niños, ¿cuándo debes preocuparte?

Es en estos momentos en los que te debes preocupar por el vómito de tus hijos.
Es en estos momentos en los que te debes preocupar por el vómito de tus hijos. - ISTOCK

Las preocupaciones están estrechamente relacionadas con la paternidad. Velar por el bienestar de los hijos es el fin de los padres, ni que decir tiene lo mucho que supone para ellos cuando ven que algo no marcha como debería, o cuando sucede algo fuera de lo normal. Un ejemplo claro son los vómitos, que hacen que los adultos se pregunten qué puede estar sucediendo.

¿Hay que preocuparse siempre? ¿Qué se esconde detrás de esta situación? ¿Cómo saber si hay que dejar de lado todo lo que se está haciendo y que hay que acudir a un especialista médico? Desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, dan una serie se pistas sobre el vómito, una expulsión del contenido del estómago junto con el jugo gástrico y, en ocasiones, bilis.

¿Por qué se vomita?

El vómito se produce por una estimulación de una zona determinada del cerebro y las causas son múltiples. Por su impacto en los padres, y la cantidad de problemas de salud que pueden vaticinar, son uno de los motivos más habituales de consulta a los pediatras. En ocasiones incluso puede suponer el ingreso hospitalario y una gran preocupación en el hogar.

Los vómitos suelen ser causados por diversas enfermedades como infecciones de los oídos, garganta, etc. Lo habitual es que cuando se produce en los niños se esté anunciando una gastroenteritis o diarrea, aunque también pueden ser una señal de una irritación del intestino por algún medicamente, alimento en mal estado o alergias diversas.

Rara vez se relaciona el vómito con una enfermedad del trasto digestivo. En estos casos su presencia es progresiva y se mantiene en el tiempo, llegando a influir en la nutrición del niño y en su bienestar. También hay que tener en cuenta que hay niños que tienen más facilidad que otros y en los que circunstancias como un berrinche, o la ansiedad, puede dar lugar a esta expulsión del estómago.

¿Cómo reaccionar ante el vómito de tu hijo?

En muchas ocasiones las enfermedades en las que se producen los vómitos cesan en poco tiempo. El peligro reside en la pérdida de líquidos del intestino que puede llegar a causar una deshidratación. Para evitar esta situación, los pediatras recomiendan ofrecer agua, u otros líquidos, de manera frecuente a los niños. En el caso de los bebés, deberán seguir tomando el pecho o el biberón habitual.

Si el vómito está acompañado de diarrea, es mejor no darles zumos o bebidas gaseosas, ya que pueden empeorar su situación. En las farmacias se ofrecen soluciones de rehidratación y que además restablecen las sales que se han perdido. En los bebés se puede recurrir a la leche que tomen habitualmente, pero no se recomienda bebidas para deportista ya que les aportarán componentes distintos a los que se necesitan a esta edad.

A medida que los niños vayan mejorando se les puede ir ofreciendo alimentos habituales en su dieta, comenzando por aquellos con bajos contenidos en grasas y azúcares. Los mejor tolerados son los cereales, pollo, pavo, frutas y verduras. ¿En qué casos se recomienda la visita médica? Los pediatras destacan las siguientes situaciones:

- Si es un bebé menor de 3 meses y ha vomitado más de dos o tres tomas.

- Si los vómitos son bruscos y violentos o se acompañan de decaimiento inmediato al vómito.

- Si el niño continúa vomitando a pesar de tomar los líquidos en pequeñas cantidades.

- Cuando presente algunos de estos síntomas: fiebre mayor de 38.5 ºC, dificultad para mover el cuello, dolor abdominal importante y constante, dolor de cabeza intenso.

- Cuando presente síntomas que pueden indicar deshidratación: decaimiento, adormecimiento, saliva escasa, llanto sin lágrimas, ojos hundidos, confusión, debilidad.

- Cuando el vómito contenga sangre o sea de color negruzco.

Una vez se haya descubierto la enfermedad que causa el vómito, habrá que aplicar el tratamiento correspondiente a la misma, No se recomienda usar medicamentos como los antieméticos ya que sus efectos secundarios pueden ser peores que lo que previenen, ocultando los síntomas reales de la afección detrás de todo.

Damián Montero

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