Aprender que no todo puede salir siempre como uno quiere es parte del
desarrollo de toda persona. Un asunto que atañe, especialmente, a los más pequeños de la casa quienes deben vivir situaciones que se les puede presentar como adversas. Una negativa a un
capricho, un punto de vista que les es rebatido o simplemente un día que se les tuerce, cualquiera de estos contextos puede originar una
rabieta.