Aprender a leer no sólo significa saber que la «m» con la «a» se dice «ma», sino que también es imprescindible la comprensión de lo que se lee. En este sentido, diversos estudios han puesto de manifiesto la importancia de los padres en el desarrollo de la lectura de sus hijos, y cómo su actitud determina la forma en que los niños aprenden a leer.
Implicarse en el proceso de aprendizaje y de educación de nuestros hijos, motivarles para que aprendan a leer… son pasos básicos y que determinan en gran medida cómo nuestros hijos se toman la lectura: si como una obligación o como algo que puede ser divertido y de lo que se puede sacar mucho provecho.
El papel de los padres en la lectura
Son varias las investigaciones que han puesto de relieve el papel de los padres en la lectura de sus hijos, especialmente en lo que respecta al fomento de la comprensión lectora, la motivación y el éxito escolar de sus hijos. En este sentido, una investigación publicada en el International Journal of Educational Research de 2014 midió la Competencia Lectora en alumnos nativos e inmigrantes teniendo en cuenta el impacto de la implicación de los padres en el proceso educativo de sus hijos.
Según esta investigación, los factores que más determinan cómo nuestros hijos aprenden a leer y, por lo tanto, son más beneficiosos, son: las perspectivas de los padres (tanto en logros que conseguirán sus hijos como en niveles), la calidad de la comunicación entre padres e hijos y el llamado «estilo parental positivo«, es decir, que los padres sean afectuosos, les apoyen y a la vez exijan disciplina a sus hijos.
Así, en este estudio se midió cuánto disfrutaban los niños con la lectura, qué curiosidad tenían hacia ella y si les generaba ansiedad, así como la implicación de los padres al ayudar a los hijos en los deberes de lectura y su apoyo emocional para que aprendieran a leer. El resultado fue claro: a mayor implicación de los padres, mayores niveles de interés y curiosidad por la lectura.
De hecho, la investigación se hizo en dos momentos: uno midiendo el «estado de partida» y otro después de haber aplicado en el colegio estudiado un programa por el cual los padres se implicaban en el proceso de enseñanza de la lectura de los hijos. Tras la aplicación de este programa, desaparecieron las diferencias de comprensión lectora entre nativos e inmigrantes.
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La implicación parental, clave para que los niños lean
Los estudios científicos que se han realizado acuerdan que las perspectivas y creencias de los padres, unidas a la calidad afectiva de los mismos cuando sus hijos están aprendiendo, están muy ligadas al interés por la lectura que desarrolle el niño.
En otras palabras: si los padres consideran que el aprendizaje puede ser también un motivo de entretenimiento y diversión más que como habilidades que hay que aprender obligatoriamente, es muy probable que sus hijos lo vean igual. Esto, a su vez, hace que a la larga los niños estén más motivados para leer más, lo que mejorará también su comprensión lectora.
Por lo tanto, implícate en el aprendizaje de tu hijo: enséñale a leer más como un juego que como una obligación. Existen multitud de trucos para que tus hijos aprendan a leer y se diviertan a la vez, lo que hará que tu hijo tenga más probabilidades de éxito conforme se vaya haciendo mayor.
Ángela R. Bonachera
Más información en el libro:
– Cómo hacer hijos lectores. Carmen lomas Pastor. Ed. Palabra.
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