Tras el estallido de la guerra en Ucrania, millones de familias se han visto obligadas a huir de sus hogares y a desplazarse a otras ciudades y países cercanos. Este éxodo se ha visto agravado por las duras condiciones del invierno, que pueden poner en peligro la subsistencia de los niños y niñas, la población más vulnerable, debido a la hipotermia, la pobreza y la falta de alimentos.