Preparar el camino al Señor, preparar la Navidad, avanzar en el Adviento. Y la mejor manera de prepararlo: ayunar de lo que más nos cuesta. ¿Y si hoy no nos quejamos ni criticamos ni protestamos?
Hoy nuestro ofrecimiento será no lamentarnos, aunque nos cueste, aunque tengamos razón.
Hoy nuestro ofrecimiento será aceptar de buen grado las contrariedades sobrevenidas, aunque nos molesten y nos interrumpan.
Hoy nuestro ofrecimiento será pensar que en Belén María y José no se quejaron a pesar de todos los inconvenientes.
Hoy nuestro ofrecimiento será saber que tenemos a Dios y Él nos sustenta.
1 Sin quejas aunque sea cierto.
El mérito no está en no quejarse de lo que nos sale bien sino en no quejarse de lo que nos sale mal o es una injusticia sobrevenida.
2 Mejor una palabra amable.
Especialmente sobre esa persona que nos resulta tan molesta, porque seguro que tiene alguna virtud que no hemos sabido ver.
3 El lado bueno de la vida.
Nos fijamos hoy especialmente en todas las cosas buenas que nos van saliendo al paso sin que las esperemos o de las que no solemos darnos cuenta.
4 Lo que pasa, conviene.
El mal existe, hay injusticias, imprevistos y contrariedades, pero hay que saber lo que Dios nos reserva para sacar bien del mal: estamos atentos.