El ABC de una buena alimentación infantil
El ABC de una buena alimentación infantil - ISTOCK - Archivo

Cuando de educación se trata, nuestro propio ejemplo suele ser determinante. Si en casa todo el mundo come a base de fritos y chucherías está claro que el niño tenderá a reproducir esos mismos patrones, pero si nos ven comer frutas y verduras, evitando picar entre horas, ellos también lo harán.

Precisamente por ello, aunque a todos nos encante comer, los padres debemos evitar los excesos. Eso no quiere decir que debamos convertir el acto de sentarse en la mesa en un auténtico castigo, ni mucho menos. Simplemente debemos dar ejemplo y comer cantidades moderadas y plantar cara al capricho evitando, de este modo, que el niño se habitúe a dejarse llevar sistemáticamente por el "hoy me apetece comer...".

Muchos padres, en vista de lo mucho que les cuesta hacer comer a sus hijos, recurren al triturado o puré para que el niño coma más rápidamente aquellos alimentos que "no les apetece comer". Esta costumbre entraña varias pegas. Por un lado, los sabores, textura y colores quedan enmascarados por lo que los niños no se acostumbran a reconocer lo que están comiendo. Por otro lado, estamos dificultando el aprendizaje de la masticación por lo que, los más probable, es que nuestros hijos busquen siempre en el futuro alimentos blandos que puedan comer con el mínimo esfuerzo posible.

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Costumbres alimenticias poco saludables

Del mismo modo que prestamos especial atención a la alimentación de los niños, también tendremos que procurar que nuestros hijos no adquieran costumbres poco saludables como apoltronarse frente al televisor.

Si reservamos media hora para la merienda cada tarde es mejor que ésta se la tome en el parque para que así pueda hacer un poco de ejercicio moderado mientras monta en bici o juega al fútbol.

Evidentemente, debemos contar con la posibilidad de que este ejercicio "abra el apetito" demasiado a nuestro hijo. Para saciarle, seguro que nuestro médico podrá recomendarnos aquellos alimentos naturales que menos engorden. Algunas frutas, yogures y verduras destacan por su baja aportación calórica.

Consejos para que los niños coman de manera saludable

1. Existen hábitos como comer demasiado deprisa o masticar trozos excesivamente grandes que no favorecen la digestión y que, por tanto, pueden contribuir a que nuestros hijos adquieran un cierto sobrepeso.

2. Evita que tus hijos tomen por norma el enmascarar aquellos alimentos que no les gustan con tomate u otras salsas como la mayonesa. Este tipo de productos no solo engordan más sino que tampoco favorece su fuerza de voluntad.

3. Para que nuestro pequeño se habitúe a no ser caprichoso en la mesa tendremos que plantar cara desde el primer día a sus quejas y constantes "no me gusta". Sólo así conseguiremos que aprenda a mantener una dieta equilibrada.

4. Puede que a nuestro hijo no le guste el pescado pero seguro que hay alguno que le hace más gracia (los calamares, por ejemplo). Procuremos alternar de vez en cuando, aquellos que no les gustan con sus preferidos. De este modo, se les hará más llevadero este tipo de comidas.

5. Debemos prestar especial atención a las comidas "a escondidas". Intentemos explicarle que debe tener fuerza de voluntad y que el que se perjudica con este tipo de actitudes es él.

6. En vez de privar a nuestros hijos por completo de la bollería, podemos decantarnos por hacer los dulces en casa (flanes, bizcochos, tartas...). Así podremos controlar nosotros mismos las cantidades de azúcar o de mantequilla de cada receta y los aditivos no naturales.

Un menú muy refrescante para el verano

Ahora que estamos en verano podemos aprovechar para variar un poco el menú de nuestros hijos. Si no les gusta la verdura, por ejemplo, no olvidemos que muchas de ellas se pueden comer crudas: quizás les guste más en forma de ensalada (las endibias, las espinacas, la remolacha rallada, el calabacín muy tierno...).

También las carnes se pueden modificar. Quizá sea un buen momento para hacer un pastel de carne para comer en frío o esas hamburguesas caseras que tanto les gusta.

En cuanto a las frutas, lánzate a hacer refrescantes helados naturales con ellas. De manzana, de plátano... cualquier pieza ya madura servirá para este propósito.

María Viejo
Asesoramiento: José Fernando Calderero. Licenciado en Ciencias Químicas.

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