¿Cuándo Debemos Aplicar Analgésicos En Nuestros Hijos Para Aliviar El Dolor?
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¿Qué le duele a tu hijo? ¿Qué clase de dolor es? Son dos preguntas básicas e importantísimas: de su respuesta dependerá cómo tratar el dolor cuando aparece en los más pequeños de la casa. A veces, nuestros hijos nos alertan de ciertos dolores en su cuerpo y no sabemos bien cómo reaccionar. Ante esas situaciones, lo mejor es tener claros los siguientes consejos de la Asociación Española de Pediatría en Atención Tempran, AEPED.

Las preguntas clave cuando nuestros hijos sienten dolor

-  ¿Cuánto le duele? Esta pregunta es difícil de responder, especialmente cuando los niños son muy pequeños. En estos casos los médicos y las enfermeras utilizan escalas que ayudan a evaluarlo: leve, moderado e intenso.

-  ¿Qué clase de dolor es? Los pediatras diferencian dos clases esenciales de dolor: el que es debido a una inflamación y el resto de tipos de dolor. La inflamación es aquella que se produce tras golpes y muy frecuentemente en las infecciones de garganta u oídos.

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Qué hacer en casa ante el dolor de los niños

Ante el dolor de los niños muchas veces podemos utilizar medicinas. Estos fármacos para tratar el dolor se llaman analgésicos y algunos de ellos sirven también para tratar la fiebre.

Los analgésicos que tenemos en casa suelen ser los más comunes, es decir, paracetamol e ibuprofeno. Estos fármacos son bien conocidos y la mayoría de los padres están habituados a emplearlos para tratar la fiebre de sus hijos.

Cuando el niño tenga dolor y queramos darle un analgésico, normalmente deberemos administrar la misma dosis utilizada para bajar la fiebre. Eso sí, debemos tener en cuenta que el efecto no es inmediato. "Hay que dar tiempo", explican los pediatras, que matizan que los analgésicos tardan alrededor de 20 o 30 minutos en comenzar a hacer efecto y llegan a su punto de acción máxima 1-2 horas después de la ingesta.

¿Qué pasa si le damos la medicina y el dolor no cesa? Es una pregunta recurrente entre los padres. En estos casos, los pediatras piden consultar con ellos, pues son las personas indicadas para intentar averiguar la causa y valorar si el niño necesita un calmante diferente o aumentar la dosis.

¿Hay que esperar para tratar el dolor en los niños?

"Está muy extendida la falsa creencia de que tratar el dolor puede enmascarar una enfermedad seria", aseguran los pediatras, que recuerdan en este punto que, al igual que ocurre con la fiebre, "administrar un analgésico no va a dificultar el diagnóstico de la enfermedad que tenga el niño, ni siquiera una apendicitis". Es más, un niño que siente dolor normalmente se deja explorar peor y colabora menos precisamente porque le duele.

En este sentido, los pediatras hacen una recomendación: mejorar el estado del niño con el analgésico y, una vez calmado el dolor, visitar (si es preciso) al pediatra para saber el origen del mismo y, de este modo, poder curarlo. "No hay que olvidar que el dolor es una experiencia desagradable y causa sufrimiento", sentencian.

¿Los analgésicos tienen efectos secundarios?

Es normal que los padres nos preocupemos por los efectos secundarios de los medicamentos que damos a nuestros hijos. Los analgésicos, como el resto de fármacos, también pueden producir efectos no deseados. ¿Cómo evitarlos? Los pediatras explican que la mejor forma de evitar la aparición de estas reacciones adversas es hacer caso a todasseguir las indicaciones dadas por el médico del niño (especialmente en lo que respecta a la cantidad y el intervalo entre toma y toma).

Un dato tranquilizador: los dos fármacos más utilizados para tratar el dolor (paracetamol e ibuprofeno) "son bien tolerados por los niños". De hecho, si se administra la dosis adecuada "los efectos secundarios son poco frecuentes".

De estos dos fármacos, el paracetamol es el más seguro, de acuerdo con los expertos. Esto es porque el ibuprofeno, en ocasiones, puede provocar molestias en el estómago, náuseas y vómitos, lo que lo hacen menos adecuado para estos momentos. Es decir, si el niño tiene vómitos o dolor abdominal, mejor optar por paracetamol.

Y una insistencia para terminar: aunque estos fármacos son seguros y apenas tienen síntomas secundarios, nunca se debe abusar de medicamentos: solo deben ser utilizados cuando sean necesarios.

Damián Montero

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