Actualizado 09/06/2020 12:03

Los 4 códigos que codifican la memoria

Esto es lo que necesitas para que el aprendizaje se fije en tu memoria
Esto es lo que necesitas para que el aprendizaje se fije en tu memoria - ISTOCK

La memoria es un fenómeno complejo en el que intervienen la maduración del sistema nervioso, la inteligencia, la percepción y la afectividad. Parece imposible que un niño pequeño recuerde y reconozca los cuentos, los lugares, sus juguetes... La memoria es básica para el aprendizaje, pues sirve para almacenar información, codificarla y registrarla.

La información se almacena en el cerebro y puede ser recuperada, generalmente con rapidez y eficacia. Todo lo que conocemos sobre el lenguaje, sobre el mundo y sobre nuestra propia historia se encuentra registrado y almacenado en nuestra memoria.

No puede hablarse de un único tipo de memoria. Existe una memoria inmediata, que registra datos percibidos a través de los sentidos, una memoria a corto plazo, una memoria a largo plazo...

Por otro lado, la memoria selectiva existe y actúa en todas las personas permitiendo fijar con más facilidad los conocimientos sobre algo determinado, en función del interés o motivación que se tenga sobre un tema concreto. La atención es el punto de partida necesario para que un aprendizaje se fije en la memoria: sin atención no se registra nada.

Recuperar la información para activar la memoria

La información que recibimos en nuestra mente es codificada de manera que pueda ser almacenada en el cerebro. Los códigos que utiliza la mente humana con más frecuencia son imágenes mentales o signos semejantes al lenguaje. Para que la información almacenada tenga alguna utilidad, debe ser posible recuperarla de modo eficaz.

Según muchos estudios, existen dos tipos de memoria, cada una con funciones diferentes: la memoria a corto plazo, que siempre es consciente y de carácter transitorio; y la memoria a largo plazo, que es menos accesible pero de carácter más permanente.

¿Qué se entiende por codificación? Es la forma en que se almacena la información en la memoria. Existen diferentes códigos: por ejemplo visuales (a través de imágenes), motores (del movimiento), acústicos (de sonidos), verbales (de letras y palabras), etc.

Cómo funcionan los códigos que codifican la memoria

Conviene tener presente que se ha demostrado que cuanto más tiempo se dedique al procesamiento de la información que se desea retener en la memoria, mejor es su recuerdo posterior. Pero no todos los modos de aprender producen los mismos resultados.

1. Código acústico

El simple recitado de memoria no produce una buena retención. Cuando asociamos un aprendizaje nuevo con otros anteriores la retención es mucho mejor: por ejemplo asociarlo con una melodía (las tablas de multiplicar).

La repetición activa permite el mantenimiento de la información y favorece la integración del material nuevo con los materiales ya almacenados anteriormente.

2. Código verbal

A veces hemos de organizar subjetivamente el material que queremos memorizar ya que se encuentra desordenado. Por ejemplo, cuesta más tiempo y se retiene peor esta lista de palabras (libro, padre, mesa, mi, encima) que si las organizamos formando una frase (el libro de mi padre está encima de la mesa). Los días de la semana o los meses del año los repetimos en el orden temporal en que suceden.

El aprendizaje semántico (el que se realiza cuando se tiene en cuenta el significado del material que se desea aprender) produce más aprendizaje y mejor recuerdo que el aprendizaje material. Si el niño entiende lo que está memorizando lo retendrá y recordará mejor que si es material sin sentido o no tiene lógica para él.

3. Código motor

Es más eficaz distribuir una actividad en varias sesiones que concentrarla en una sola. Es más efectivo aprender un poco cada día que intentar aprender mucho de una vez.

Cuanto mayor sea el tiempo de exposición al material que deseamos memorizar, mayor será la retención. Cuanto más tiempo estemos en contacto con la información que deseamos aprender, mejor lo recordaremos.

4. Código visual

La forma habitual de poner a prueba la memoria es a través de dos tipos de tareas: la de recuerdo y la de reconocimiento. El niño es capaz de repetir una poesía que ha aprendido (recuerdo) y puede reconocer un cuadrado de entre varias figuras dibujadas (reconocimiento).

Es necesario organizar el material que se va a memorizar. Nos resulta mucho más fácil aprender y retener la información que nos viene organizada jerárquicamente según categorías (ej. las clasificaciones de los animales, las plantas, las frutas, los pescados...).

Montse López. Profesora de Educación Infantil del Colegio Guadalaviar

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