Tener delante el horario escolar de clase en casa, en su mesa de estudio o en su escritorio, ayuda a los niños a dar prioridad a los deberes que tienen por hacer y a estructurar el tiempo que tienen que dedicar a cada una de las asignaturas. Sirve para que los niños no se olviden de nada de lo que tienen pendiente al día siguiente y les ayuda a trabajar valores como la responsablidad, la organización y el orden, sin olvidarnos de su autonomía.
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Apunta en tu horario escolar las clases, los descansos y tiempo para el recreo y los días en los que tienes cada una. Es la mejor manera de saber qué temas tienes que estudiar o ejercicios que debes hacer para tus clases al día siguiente. También te ayudará a preparar la mochila con los libros y cuadernos que debes llevar al cole, y el equipo que necesitas para tus clases extraescolares o la equipación de gimnasia.
Entre los principales beneficios de tener un horario escolar personalizado destaca la adaptación a las nuevas rutinas del colegio. De este modo, los niños podrán organizar sus tardes en casa en función de su horario de clases al día siguiente.
Otro importante beneficio de seguir el horario escolar es la organización y el orden que les proporciona tener su trabajo del colegio agendado. Mantener un orden mental, ayudará a los niños a organizar su estudio en función de las asignaturas que impartirán al día siguiente.
Y por último, una vez que los niños sepan cuál es su horario de clases y qué deben hacer en cada momento, sentirán una mayor responsabilidad ante sus tareas escolares, creando un hábito y unas rutinas que potencian la concentración en los niños.
El horario escolar permite apartar la incertidumbre de no saber qué tiene que hacer porque sabe lo que vendrá después. En casa, el horario les ayuda a estructurar y organizar su tiempo, potenciando así un buen estudio y aprendizaje escolar.
Ideas para empezar el curso con buen pie
Para empezar con buen pie el nuevo curso, debemos estar pendiente de las primeras señales de alarma ante las dificultades de aprendizaje: primeras malas notas, desmotivación o falta de interés, excusas para no realizar el trabajo, mal comportamiento en el colegio. Pondremos remedio hablando con nuestros hijos, poniendo metas a corto plazo y coordinando estos planes con el tutor.
Es imprescindible interesarse por los estudios, fijarse en como estudian pero sin agobiarles ni controlarles en exceso. Para conseguir un ambiente de estudio, necesitan un lugar adecuado en la casa.
El mundo del niño no se reduce solo al plano académico, y por lo tanto, tampoco debe ser éste el único punto de atención y conversación por parte de los padres. Nuestros hijos tienen que saber que nos interesan sus aficiones, sus amigos, sus preocupaciones e ilusiones extraescolares, su persona en conjunto.
La inteligencia y la voluntad se desarrollan mediante los hábitos, que es una forma de conducta que se adquiere por repetición de actos simples. Por este motivo, marcar una serie de hábitos y ayudar a que nuestros hijos los pongan en práctica, es la mejor manera de superarse.
En la práctica
La planificación del tiempo y de las tareas son buenas herramientas para llevar un orden y ejercitar la inteligencia y la voluntad: hora fija para ponerse a estudiar, tiempo concreto para terminar los deberes, un rato para otras actividades, unos encargos en casa bien definidos… Por eso, de forma divertida y sin demasiados “corsés” podemos realizar un horario semanal con nuestros hijos para que tengan definido su tiempo de estudio, de juego y de encargos.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Fernando Santos. Profesor de Educación Primaria del Colegio Los Olmos.
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