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¿Cómo ayudar a tu hijo a superar la muerte de su mascota?

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La pérdida de una mascota es inevitable, y estos son los consejos que puedes seguir para ayudar a superar esta despedida.

La pérdida de una mascota es inevitable, y estos son los consejos que puedes seguir para ayudar a superar esta despedida. – ISTOCK

Muchos hogares deciden adoptar un animal de compañía: perros, gatos, distintas aves… Son muchas las opciones que existen y que representan, además de horas de diversión, diferentes lecciones que abarcan desde la responsabilidad que conlleva el cuidado de una mascota, hasta el aprendizaje que conlleva de la naturaleza. Sin embargo, esta decisión conlleva, tarde o temprano, una dolorosa situación: la muerte del animal.

La despedida de un animal de compañía puede suponer un duro golpe, en especial para los más pequeños de la casa, quienes han podido formar un mayor vínculo con las mascotas. Tal y como indican desde la Fundación Affinity, es importante mantener una buena comunicación con los hijos para que puedan prevenirse pensamientos intrusivos como la culpabilidad.

El duelo por la mascota

Los profesionales de la Fundación Affinity indican que el duelo infantil por la pérdida de un animal de compañía es una experiencia muy sensible para los niños ya que el vínculo formado con la mascota es muy profundo. Estos momentos suponen enfrentarse a una montaña de emociones y la aparición de un montón de preguntas, por lo que es muy importante mantener una comunicación fluida durante todo este proceso.

Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity, indica que es «es importante ofrecer un espacio seguro donde los niños puedan expresar libremente sus sentimientos de tristeza, confusión y pérdida. Escuchar activamente sus pensamientos, preocupaciones y validar sus emociones ayuda a que se sientan comprendidos y acompañados en este difícil proceso».

En cuando a la manera de ayudar a los hijos a gestionar el duelo por la mascota es apoyarlos y comprenderlos, manteniendo una constante empatía. Brindarles un espacio para expresarse conlleva que su imaginación no empiece a funcionar y elaboren una imaginación diferente a la realidad de lo que está ocurriendo, evitando que surjan remordimientos o culpabilidad.

¿Cómo comunicarles la triste noticia?

«La manera de comunicar la noticia dependerá de la edad, el carácter del niño y la experiencia que haya tenido con el perro o el gato. Si el animal de compañía está a punto de morir, es recomendable que los padres puedan anticipar cómo afectará esta situación a su hijo y poder prepararlo para un duelo anticipado», explica Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity.

Cada niño enfrenta la pérdida a su manera y conforme a su edad. Hasta los 5 años pueden vivir la experiencia de su muerte de la mascota como algo transitorio, sin entender realmente lo que sucede. A partir de los 6 años esto desaparece y ya toman conciencia de la desaparición de su animal de compañía, con la presencia fantasías propias. Es importante explicarles a los pequeños lo que ha sucedido.

Al llegar a los 9, o 10 años, el concepto de pérdida se asemeja al de los adultos, aunque falta la parte cognitiva propia de edades más avanzadas, por lo que no existe comprensión sobre la muerte. Ya en la adolescencia, con motivo del egocentrismo de su edad, pueden mostrar distancia respecto al evento, evitando mostrar sus verdaderos sentimientos.

La manera que tienen los niños de responder a la pérdida de su mascota guarda relación con la forma en que los padres reaccionan y explican la noticia. Y estos son los consejos que se han de seguir para ayudarles:

– Explicar la muerte de manera honesta y sincera, respondiendo a las preguntas de los niños de forma sencilla. Si no hay respuestas concretas, es mejor reconocerlo y decirlo sin problema.

– Evitar la utilización de palabras o expresiones que puedan confundir a los niños menores de 6 años, como «se quedará dormido» o «irá al cielo».

– Crear un ritual en el que los niños puedan participar activamente para ayudarles a procesar la pérdida, forjando un espacio de expresión.

– Comprender que es probable que los niños menores de 6 años manifiesten inicialmente rechazo hacia la pérdida, lo cual es una reacción normal. Hay que brindarles tiempo para que procesen sus emociones.

– Animar al niño o niña a expresar y ordenar sus propias emociones, entregando un espacio seguro para hablar sobre sus sentimientos, sus recuerdos y conversar sobre la muerte en sí.

– Informar a las personas de su entorno, como familia y profesores, para que puedan comprender y apoyar los posibles cambios emocionales o conductuales del niño o niña.

– Si resulta difícil mantener la calma, se debe buscar la ayuda de un adulto cercano. Es importante no ocultar el propio dolor, mostrando que el duelo es un proceso que puede generar tristeza, desconsuelo y anhelo, pero esas emociones son pasajeras.

Damián Montero

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