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Cómo explicar qué es la ansiedad a tus hijos

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Cuando conocemos de cerca la ansiedad es duro, porque puede ser incómoda, aterradora y, en casos extremos, puede impedirnos llevar la vida que queremos vivir. Sin embargo, es especialmente difícil cuando no entiendes esos sentimientos o su propósito. Desafortunadamente, eso es lo que viven tantos niños.

Si bien nadie aprecia los sentimientos de ansiedad, saber lo que sucede dentro de nuestro cerebro y cuerpo hace que sea un poco más difícil de manejar. Cuando entendemos lo que estamos sintiendo, nos sentimos más seguros al experimentarlos, e incluso podemos transformar esos sentimientos para que trabajen a nuestro favor, no en nuestra contra.

Pero lo primero es lo primero: debemos asegurarnos de que nuestros hijos entiendan sus emociones. La salud mental es un tema que debe explorarse libremente en todos los hogares. El estigma que lo rodea ha impedido que muchas familias hablen sobre emociones intensas como la depresión y la ansiedad. Nuestros hijos sin duda experimentarán ansiedad a medida que crezcan y se conviertan en adultos, ¡así que podemos prepararles si les educamos!

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5 pautas para explicar la ansiedad a tus hijos

1. La ansiedad puede ser un pensamiento o sentimiento que nos hace sentir incómodos. ¿Te sientes así a veces?

El simple hecho de tener un nombre para los sentimientos que tenemos puede ser útil. Es difícil entender si no disponemos de un lenguaje, por lo que simplemente asignar la palabra ansiedad a los problemas estomacales relacionados con la preocupación, la frecuencia cardíaca acelerada o los pensamientos acelerados de tus hijos puede abrir la puerta a la comunicación, lo que en sí mismo puede ser un gran alivio. Haciéndoles la pregunta de seguimiento: «¿Te sientes así?» puedes ayudar a iniciar un diálogo.

2. Nuestro cuerpo envía señales cuando estamos ansiosos. ¿Alguna vez te duele el estómago o te sudan las manos de repente?

Esto podría ser ansiedad. Nuestros cuerpos envían señales cuando experimentamos ciertas emociones. Cuando estamos ansiosos, nuestro cuerpo está tratando de alertarnos del peligro. Incluso si no existe una amenaza real para nosotros, la ansiedad hace que te sientas más seguro y envía señales de todos modos. Ese dolor de barriga y ese corazón acelerado… seguro que llamaron tu atención, ¿no es así? Eso es solo tu cuerpo haciendo su trabajo, haciéndote saber que estás un poco preocupado.

3. La ansiedad no es un sentimiento que te vaya a doler. Solo estás sintiendo tus sentimientos

Los sentimientos de ansiedad, muchas veces, dan miedo. Es difícil para cualquiera recordar que en realidad no son peligrosos, y aún más para los niños. Los médicos reciben visitas regulares de adultos que creen que tienen problemas cardíacos cuando en realidad es solo un ataque de pánico. Muchas de las señales físicas que recibimos de la ansiedad imitan la enfermedad: dolores de estómago, sensación de calor, palpitaciones y dificultad para respirar. Puede ayudar mucho a los niños si entienden por qué se producen esos sentimientos y que no son peligrosos.

Tu cuerpo está limitando cosas que no necesitas urgente, como la digestión. Tu cuerpo te está preparando para luchar, huir o parar, por lo que tu corazón y tu frecuencia respiratoria se aceleran, porque eso es lo que prioriza. Tu cuerpo está liberando hormonas para hacerte más fuerte, por lo que te sientes un poco tembloroso y tenso. Todos los sentimientos pueden explicarse, y la explicación puede aliviar tu preocupación.

4. ¿ Has observado cómo vemos pasar las nubes en el cielo? Los pensamientos ansiosos son similares. Vienen y pasan.

Es difícil para los niños darse cuenta de que la mayoría de las cosas en la vida no son permanentes. Todo en su mundo se siente como si durara para siempre. Por supuesto, como cualquier sentimiento, la ansiedad no dura, pero tus hijos a menudo lo olvidarán. Recuérdales la vez que se golpearon el codo y les ha dolido un poco, pero finalmente desapareció, o la vez que estaban tan emocionados por un juguete nuevo, pero que finalmente se suavizó. Los sentimientos no duran, y eso incluye la ansiedad.

5. No estás solo. Todo el mundo tiene estos sentimientos a veces, incluyéndome a mí.

La ansiedad es aislante. Se siente como si nadie más te entendiera, como si estuviéramos solos, y ese sentimiento de soledad empeora aún más la ansiedad. También hace que sea muy difícil hablar de ello. Cuando se trata de sentimientos, es más cómodo hacerlo con compañía. Y cuando sabemos que alguien más entenderá por lo que estamos pasando, es mucho más fácil hablar de ello.

En resumen, no podemos proteger a nuestros hijos para que no experimenten ansiedad, por lo que dotarlos de conocimientos sobre inteligencia emocional es más importante que nunca.

Gabriela García González. Autora de El Poder de Tu Resiliencia, entre otros libros. Es un referente del Coaching para Niños y el Empoderamiento infantil y Femenino. Educadora y Experta en Desarrollo Personal integral.

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