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¿De qué manera afecta el calor a nuestro comportamiento y al de los niños?

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El calor puede tener un impacto significativo en nuestro estado de ánimo y bienestar general. A medida que las temperaturas aumentan, nuestro cuerpo se ve sometido a cambios fisiológicos que pueden influir en nuestra forma de sentir y comportarnos. 

Pero el calor no solo afecta a los adultos, los niños lo notan y mucho. Sabemos que su comportamiento cambia, que están más cansados e irritables… Su estado de ánimo se altera debido a las altas temperaturas.

Así nos afecta emocionalmente el calor

En concreto, cuando tenemos calor empezamos a experimentar sensaciones que no son habituales durante los meses fríos del invierno y que  están estrechamente relacionadas con nuestro estado de ánimo:

Agotamiento y fatiga
Cuando hace mucho calor, nuestro cuerpo trabaja más para mantenerse fresco, lo que puede llevar a la fatiga y el agotamiento. Esto puede afectar nuestro estado de ánimo y hacer que nos sintamos cansados, apáticos e irritables.

Disminución de la energía
El calor excesivo puede agotar nuestra energía rápidamente. Nos sentimos menos motivados y con poca energía para realizar nuestras actividades diarias. La sensación de pesadez y la falta de vitalidad pueden afectar nuestro estado de ánimo de manera negativa.

Irritabilidad y cambios en el temperamento
Las altas temperaturas pueden aumentar la irritabilidad y provocar cambios en nuestro temperamento. Nos volvemos más propensos a la frustración, la impaciencia y las explosiones emocionales. Pequeñas cosas que normalmente no nos molestarían pueden desencadenar reacciones desproporcionadas debido al calor.

Problemas para conciliar el sueño
Las altas temperaturas pueden interferir con nuestro sueño, lo que a su vez afecta nuestro estado de ánimo. Dormir en un ambiente caluroso y sofocante puede ser incómodo e dificultar conciliar el sueño. La falta de sueño adecuado puede llevar a la irritabilidad, la falta de concentración y el empeoramiento del estado de ánimo.

Reducción de la tolerancia al estrés
El calor extremo puede disminuir nuestra capacidad para lidiar con el estrés. Nos volvemos más susceptibles a sentirnos abrumados y desbordados por las situaciones estresantes. Esto puede afectar nuestro estado de ánimo y provocar sentimientos de ansiedad, tristeza o desesperanza.

Cambios en el apetito
En climas calurosos, es común experimentar una disminución del apetito. El calor puede suprimir el deseo de comer y afectar nuestro estado de ánimo, ya que la falta de nutrientes y energía puede hacer que nos sintamos débiles y desanimados.

Es importante tener en cuenta que el impacto del calor en nuestro estado de ánimo puede variar de una persona a otra. Algunas personas pueden tolerar mejor el calor que otras. Además, factores como la hidratación adecuada, la actividad física, la exposición al sol y la calidad del sueño pueden influir en cómo nos sentimos.

Para contrarrestar los efectos negativos del calor en nuestro estado de ánimo, es importante mantenernos hidratados, buscar lugares frescos o con aire acondicionado, vestir ropa adecuada para el clima, descansar lo suficiente y evitar la exposición prolongada al sol.

También es beneficioso practicar técnicas de relajación y manejo del estrés, como la meditación o la respiración profunda, para ayudar a mantener un estado de ánimo más equilibrado.

¿Cómo afecta el calor particularmente a los niños?

El calor excesivo puede afectar emocionalmente a los niños de varias maneras. Los padres lo notamos sobre todo en su comportamiento, están más cansados e irritables… entre otras cosas. Este es el impacto emocional que un calor excesivo puede generar en los niños:

Irritabilidad y mal humor
Las altas temperaturas pueden hacer que los niños se sientan incómodos, irritables y de mal humor. El calor puede aumentar su nivel de incomodidad y hacer que sean más propensos a experimentar cambios de humor repentinos.

Fatiga y cansancio
El calor puede hacer que los niños se sientan cansados y fatigados, lo que puede afectar su estado de ánimo. Pueden volverse más apáticos y menos interesados en participar en actividades que normalmente disfrutan.

Dificultad para concentrarse
Las altas temperaturas pueden dificultar la concentración de los niños. Pueden tener dificultades para prestar atención en la escuela o completar tareas debido a la sensación de incomodidad y la falta de energía.

Disminución del apetito
El calor excesivo puede afectar el apetito de los niños y hacer que pierdan interés en comer. La falta de nutrientes adecuados puede tener un impacto negativo en su estado de ánimo y bienestar general.

Sensación de agobio
El calor intenso puede hacer que los niños se sientan abrumados y claustrofóbicos, especialmente si están en espacios cerrados sin suficiente ventilación o aire acondicionado. Esta sensación de agobio puede generar irritabilidad y malestar emocional.

Es importante prestar atención al bienestar emocional de los niños durante períodos de calor intenso. Algunas medidas que se pueden tomar incluyen asegurarse de que los niños estén adecuadamente hidratados, proporcionarles un ambiente fresco y ventilado, limitar su exposición al sol durante las horas más calurosas y alentarlos a descansar lo suficiente.

Además, ofrecer actividades refrescantes y divertidas, como juegos acuáticos o visitas a piscinas, puede ayudar a contrarrestar los efectos emocionales negativos del calor en los niños.

Marisol Nuevo Espín

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