Actualizado 07/05/2021 13:03

4 pautas sencillas para enfocarnos menos en lo negativo

Dale un toque positivo a tu forma de pensar
Dale un toque positivo a tu forma de pensar - ISTOCK

¿Alguna vez has tenido un gran día, pero luego sucede algo malo y sólo te concentras en ello? O tal vez alguien te habla sobre todas tus maravillosas cualidades, pero menciona un área de mejora, y en esa única cosa es en lo que te concentras.

Este es el sesgo de negatividad que habita en nosotros. Resulta que, psicológicamente hablando, las cosas malas pesan más que las buenas. No solo tenemos una tendencia a concentrarnos en lo malo, sino que los recuerdos negativos, se recuerdan con más viveza que los positivos.

Las experiencias negativas se almacenan como recuerdos implícitos, que viven en la mente y el cuerpo. Por eso es más fácil "revivir" una mala experiencia que una buena. Por ejemplo, tal vez pienses en una pelea terrible que has tenido con un ser querido y realmente puedes sentir que se te encoge el estómago.

Respondemos más a los estímulos negativos

En un estudio realizado en Ito (1998) encontraron que nuestros cerebros responden más intensamente a los estímulos negativos. Los investigadores presentaron fotos a 33 participantes y midieron la actividad eléctrica de su cerebro para estudiar sus respuestas.

Algunas eran afectivamente neutrales (una toma de corriente, un plato), otras se consideraban imágenes positivas (personas disfrutando de una montaña rusa) y otras se consideraban imágenes negativas (una pistola apuntando a la cámara).

Los hallazgos mostraron más potenciales cerebrales cuando vieron imágenes negativas, en lugar de positivas, las positivas quedaron en segundo plano, casi insignificantes.

La cobertura de noticias es predominantemente negativa

En todo el mundo, los artículos de noticias negativos parecen dominar los medios, pero ¿por qué son tan frecuentes? Debido al sesgo de negatividad, la cobertura negativa llama más la atención que la cobertura positiva.

Un estudio de Soroka (2019) al examinar las reacciones psicofisiológicas de las personas al contenido de las noticias en video en 17 países, dio como resultado que, a nivel mundial, en promedio, los humanos están más excitados y atentos a las noticias negativas.

¿Cómo superar el sesgo negativo?

En primer lugar, siendo conscientes de nosotros mismos y del diálogo interno negativo desafiante. Podemos comenzar por reconocer cualquier pensamiento que esté pasando por nuestra mente, tanto los útiles como los inútiles. También podemos observar los propios comportamientos para comprender mejor lo que le sirve y lo que no.

También podemos abordarlos de frente, desafiándolos y reemplazándolos por otros más útiles. ¿Qué estaba pensando antes de experimentar enojo, resentimiento o frustración? ¿Fue quizás un sesgo de negatividad en acción? ¿Y cómo puedo reemplazar esos pensamientos por otros más positivos?

Mindfulness: respiración, meditaciones y más

Practicar la atención plena es una buena forma de estar más en sintonía con nuestras emociones. A través de meditaciones guiadas, reflexión y otras intervenciones de atención plena, podemos comenzar a observar sentimientos y pensamientos de manera más objetiva.

Una evidencia aún más prometedora proviene de un estudio de 2011 de los autores Kiken y Shook, quienes encontraron un aumento en los juicios positivos y niveles más altos de optimismo cuando los participantes practicaban la respiración consciente.

Por otro lado, las experiencias positivas se almacenan en un sistema de memoria estándar, que es más fugaz. ¿no sería genial si hubiera una manera fácil de revivir nuestros buenos recuerdos, una y otra vez?

4 pautas sencillas para practicar en familia

Si lo que quieres es poder concentraros en las cosas buenas de la vida, pon en prácticas estas 4 pautas sencillas para enfocarnos menos en lo negativo:

1. Piensa en un recuerdo bueno de tu vida, grande o pequeño. Guía tu mente para que se focalice en ello. Visualízalo por unos minutos y recuerda lo que sentías.

2. Localiza un sentimiento saludable en tu cuerpo ¿Sientes calidez en tu pecho? ¿Sientes cosquilleo en tus dedos? Sólo percibe la sensación.

3. Date permiso para ampliar y dar rienda suelta a la visualización del paso 1 junto con las sensaciones del paso 2.

4. Guarda esta experiencia en tu memoria y repítela en diferentes momentos del día para hacerla más intensa. ¡Sabiendo que estará siempre allí cuando la necesites!

Gabriela García González. Autora del bestseller El Poder de Tu Resiliencia y de La Mejor Coach para tus Hijos ¡eres tú! es una referente del Coaching para Niños y el Empoderamiento infantil y Femenino. Educadora, Experta en Desarrollo Personal integral, Conferencista internacional y Formadora de Emprendimientos desde el Ser para mujeres.

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