Cuando suena una notificación en un
teléfono, todos los presentes en una habitación giran sus cabezas hacia sus dispositivos para comprobar si es su terminal el que ha emitido la señal. Una acción que no solo realizan los
jóvenes, sino que también es común en los adultos. Cada vez es más común ver a padres y madres pendientes de sus
pantallas, incluso sacrificando el tiempo que dedican a sus
hijos.