Actualizado 10/08/2020 13:06

Decálogo para no perder el ritmo escolar durante el coronavirus

Cómo evitar que los niños pierdan el ritmo educativo por culpa del coronavirus.
Cómo evitar que los niños pierdan el ritmo educativo por culpa del coronavirus. - ISTOCK
Cómo evitar que los niños pierdan el ritmo educativo por culpa del coronavirus. - ISTOCK

Ante la expansión del coronavirus, las autoridades sanitarias han recomendado a las familias permanecer en casa y evitar cualquier exposición al exterior y al contagio Entre las medidas que se han decretado está el cierre temporal de los centros escolares. Sin embargo, las autoridades educativas recuerdan que no son vacaciones sino que hay que continuar la actividad desde el hogar.

Pero tantos días de reclusión pueden terminar por alterar el ritmo de los más pequeños. Por ello hay que mantener las rutinas habituales a nivel académico. En estos momentos cabe recordar los consejos que desde la Fundación Nemours se brindan a las familias para que sus hijos puedan continuar sin perder el ritmo escolar para que, una vez reanudadas las clases, no exista ningún tipo de problemas de readaptación.

Decálogo para no perder el ritmo

1. Conocer los objetivos. Hay que recordar una vez más, no son vacaciones. Aunque los niños estén en casa, hay que mantener el ritmo y en este sentido nada mejor que conocer los objetivos escolares para cumplirlos a través de los deberes y otros trabajos escolares.

2. Establecer un área adecuada para hacer los deberes. Los padres deben asegurarse de que el niño dispone de un lugar bien iluminado para hacer los deberes y de que tiene a mano el material escolar necesario (papel, lápices, pega, tijeras ...).

3. Establecer un horario regular para estudiar y hacer los deberes. Algunos niños trabajan mejor por la tarde, después de merendar y de un período de juego, lo único que deben asegurarse son unas rutinas habituales y sin alterar.

4. Ayudar a diseñar un plan de trabajo. En estos días será necesario elaborar un horario de trabajo para ese día o período y, a ser posible, unos 15 minutos de descanso después de cada hora de trabajo.

5. Reducir al mínimo las distracciones mientras se pongan manos a la obra. Esto engloba la televisión, la música alta y las llamadas de teléfono. (De todos modos, en algunas ocasiones una llamada de teléfono a un compañero de clase sobre una tarea escolar en concreto puede ser de gran ayuda.)

6. Asegurarse de que los hijos hacen su propio trabajo, sin asumir sus responsabilidades. Los padres pueden hacer sugerencias y dar indicaciones para orientar a sus hijos. Pero el aprendizaje debe estar en manos de los niños.

6. Motivar y supervisar a su hijo. Los padres deben apoyar a su hijo sobre las tareas escolares, apoyarlos y revisar que ha completado los deberes y trasmítale el mensaje de que puede acudir a usted cuando tenga preguntas o haya algo que le preocupe.

7. Darles un buen ejemplo. Los padres deben ser los primeros en organizarse bien y mostrar un seguimiento de las responsabilidades propias.

8. Elogiar su trabajo y su esfuerzo. En estos momentos en los que los ánimos escasean, hay que recordar a los más pequeños que merece la pena el esfuerzo que están realizando.

9. Analizar posibles problemas en los hijos como trastornos que impidan el buen ritmo escolar de los niños desde casa.

10. Paciencia. Hay que recordar que esto es una situación temporal y que terminará por pasar. No queda otra, paciencia.

Damián Montero

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