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Dani Sánchez-Crespo: «El cerebro es entrenable y a base de técnicas podemos volvernos más inteligentes»

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¿Quieres descubrir cómo potenciar tu inteligencia? Dani Sánchez-Crespo, ingeniero informático, director del estudio de videojuegos Novarama y creador de Invizimals, nos descubre en esta entrevista sus estrategias y técnicas para elevar tu capacidad de pensamiento. 

En su libro Pensar más, pensar mejor, (Debate), Sánchez-Crespo plantea unas preguntas provocadoras: ¿se puede aprender mecánicamente la inteligencia? ¿Y si el ingenio no fuera más que un conjunto de herramientas simples? Con un tono desenfadado y optimista, a medio camino entre un manual y unas memorias de experiencias vitales, el autor explora de manera amena y accesible diversas técnicas para mejorar el razonamiento: generar ideas, filtrarlas, comunicarlas de manera efectiva y resolver problemas de forma eficaz. 

Después de dos décadas como profesor universitario y una rica experiencia en innovación tecnológica, nos revela un conjunto de herramientas que las personas aparentemente inteligentes utilizan para desplegar todo su potencial creativo. 

Aprende a ser más inteligente

Hablas de ti mismo al comienzo del libro como alguien a quien no se le dan bien los deportes, poco sociable… pero con un músculo fuerte, el cerebro. Realmente, ¿se puede aprender a ser más inteligente?
Absolutamente. La tesis principal del libro es que el cerebro es entrenable y que, a base de aprender técnicas, podemos volvernos más inteligentes. Eso es mi resumen tras 20 años de profesor universitario, observando como la gente que tradicionalmente calificamos de «inteligente», realmente lo que hace es aplicar técnicas, de forma consciente o inconsciente.

¿Cuál es la historia de la foto de las pinzas?
Esa foto está tomada con un móvil, yo estoy estirado en una cama, en pijama. Y mi hija, que entonces tenía 4 años, está jugando a las peluquerías conmigo. Y esa foto resume para mí el sentido de la vida. Jueguen con sus hijos. Un día no podrán.

Como dices, tu libro es «una especie de manual de batalla de técnicas de pensamiento, pero escrito como si estuviéramos en un bar», ¿qué has querido transmitir a los lectores con este estilo?
Yo llevo 20 años siendo profesor, y me he dado cuenta que el tono «sesudo» es contraproducente. Genera una barrera entre el autor y el lector. Yo en mi clase hablo como si fuésemos colegas, y he observado a lo largo de los años como ese sistema es más efectivo para garantizar una buena comprensión. Ese es el tono del libro: como una conversación de bar.

¿Cuáles son algunas de las técnicas específicas que propones en tu libro Pensar más, pensar mejor para agilizar la mente y volverse más inteligente?
Yo hablo de técnicas de todo tipo, desde cómo tener más ideas, cómo filtrarlas, cómo analizar y entender problemas, cómo explicarnos… es un «recetario» de técnicas de pensamiento.

Con las técnicas de agilización mental que propones, ¿qué llegaremos a ser: más inteligentes, listos o rápidos?
Más inteligentes. Tenemos el cliché absurdo de que la inteligencia es algo innato. Es obvio que hay una parte innata. Pero, como casi todo en esta vida, una buena parte es entrenamiento. Lo que pasa es que la educación «da por asumido» eso, y se centra en otro tipo de conocimientos. Cuando, desde la Educación Primaria, entrenar en pensamiento sería mucho más beneficioso.

¿Qué relación existe entre la inteligencia y las técnicas que las personas utilizan de forma consciente o inconsciente?
Sucede que con frecuencia hacemos cosas de forma espontánea, y no nos damos cuenta de que lo que estamos aplicando es un método, una técnica. Por ejemplo, la gente que se «explica bien». No existe esa habilidad innata: hay formas de estructurar un discurso que son efectivas, y otras que no. Lo que el libro intenta es explicar precisamente esas técnicas, de forma que gente que no las aplique de manera natural pueda aprenderlas.

¿Cuáles son los aspectos clave en relación con la estructuración del pensamiento y la transmisión de ideas eficientes, según lo que expones en tu libro?
El más importante es el tiempo. En el mundo moderno somos esclavos de la falta de tiempo: por trabajo, por compromisos y, cada vez más, por procrastinación: redes sociales, móviles, etc. Tenemos que recuperar el control de nuestro tiempo, de forma digamos egoísta, para así poder dedicar algo de ese tiempo a pensar.

¿Cómo explicas que la aplicación de estas técnicas en la comunicación se puede comparar con la idea de que «hasta un mono podría explicarse de fábula»?
Yo creo firmemente en nuestra capacidad de adaptación y aprendizaje. Un ejemplo: yo soy asmático, y buceador. Ves? He conseguido, mediante entrenamiento, superar mis condicionantes. Creo que el pensamiento es algo parecido. Sobrevaloramos la parte innata. Y, al hacerlo, ignoramos nuestra capacidad de mejora.

¿Podrías explicar tu enfoque en cuanto al tiempo y su uso?
Yo propongo un uso razonable del tiempo, que empiece por tomar consciencia de cuatro momentos: momentos de trabajo, momentos de sueño, momentos de actividades de ocio, y momentos de introspección. Y los cuatro son importantes. Hemos perdido la capacidad de estar solos, sin distracciones. Y eso está teniendo unos efectos devastadores en nuestra salud mental. Estamos en estado de ansiedad casi constante por «estar en algún lugar», lo que se llama el «Fear of Missing Out«. Tenemos que recuperar la propiedad de parte de nuestro tiempo.

¿Qué relación tiene el uso del tiempo con las técnicas de paseo? ¿Qué sustancia segregan los árboles y cómo afecta a los estados cerebrales?
Pasear está comprobado científicamente que tiene un impacto positivo sobre procesos creativos: nos enfrenta a estímulos nuevos, nos permite realizar conexiones. Es curioso un estudio realizado en Japón sobre lo que ellos llaman «baños de bosque» (shinrin yoku). Resulta que ciertos tipos de árboles segregan unos compuestos volátiles, los fitoncidas, con efecto positivo comprobable sobre nuestro sistema inmune. Cada vez está más claro que, si queremos ideas nuevas, hay que salir de la oficina, y volver a la naturaleza.

¿Cuál es tu perspectiva sobre la sociedad actual y cómo influye en nuestra capacidad para pensar, especialmente en relación con el tiempo dedicado a no hacer nada?
La sociedad moderna, como todas supongo, tiene sus ventajas e inconvenientes. En cada era el reto era distinto. El actual es equilibrar la gran cantidad de información que recibimos (via mass media, redes sociales, internet) con nuestra necesidad natural de concentrarnos. Es decir: estar enfocados es, a veces, imprescindible. El mundo moderno no nos ayuda.

Marisol Nuevo Espín

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