Actualizado 29/05/2024 13:41

Así se altera tu piel con el estrés de los exámenes

Ideas para tu cuidar tu piel y prevenir el daño del estrés de los exámenesIdeas para tu cuidar tu piel y prevenir el daño del estrés de los exámenes - ISTOCK

La época de exámenes es una de las etapas más estresantes en la vida de los estudiantes. Las largas horas de estudio, la presión por obtener buenos resultados y la ansiedad generalizada pueden pasar factura no solo en el rendimiento académico, sino también en la salud física, incluyendo la piel. En los adolescentes y jóvenes, la piel es especialmente vulnerable a los efectos negativos del estrés y los nervios.

El estrés y su relación con la piel

El estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes. Durante los periodos de estrés, el cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que pueden desencadenar una serie de reacciones físicas y emocionales. En la piel, estos cambios hormonales pueden tener varios efectos adversos.

Pocas personas son conscientes de que uno de los primeros órganos en responder al estrés, y de manera más intensa, es la piel. En nuestra epidermis existen terminaciones nerviosas especializadas, llamadas corpúsculos, que se encargan de analizar y monitorear todo lo que nos rodea. Entre ellos se encuentran los corpúsculos de Meissner, que detectan el tacto suave y el dolor; los de Krause, que responden al frío; los de Ruffini, que perciben el estiramiento y el calor; los de Pacini, que registran la presión y las vibraciones; y los de Merkel, que detectan la presión y el tacto sostenido.

Gracias a estos corpúsculos, estamos capacitados para registrar y evaluar nuestro entorno y lo que entra en contacto con nosotros. Toda la información detectada por estas terminaciones nerviosas es enviada al cerebro, que la procesa y toma las medidas adecuadas. Por ejemplo, si hace demasiado frío, el cerebro ordena abrigarnos o activa mecanismos para mantenernos calientes. Si algo afilado nos presiona, nos retiramos para evitar lesiones.

Sin embargo, el flujo constante de información entre la piel y el cerebro puede alterarse o interrumpirse. La vida sedentaria, la mala circulación y el estrés pueden causar disfunciones en este complejo sistema, afectando su capacidad para responder adecuadamente a los estímulos.

Según Jerónimo Ors, farmacéutico y experto en el cuidado de la piel, al alterarse nuestro sistema sensorial "bajan las defensas, y podemos contraer pequeñas infecciones como acné, caspa o infecciones víricas. Además, notaremos la piel más sensible, tensa y con sensaciones de incomodidad. En general, la epidermis tendrá un aspecto envejecido y apagado".

Todo esto es fruto de los efectos nocivos que tiene el cortisol en el organismo, la hormona del estrés. "El problema es que hoy en día el cortisol se libera de una forma lenta y mantenida, como por ejemplo en un periodo de exámenes. Este aumento de la tensión emocional sobreengrasa la piel y baja las defensas. La consecuencia es una piel más seborreica, es decir, con más nutrientes que son aprovechados por las infecciones y, al mismo tiempo, menos capacidad de defendernos de ellas", indica Ors.

Problemas comunes de la piel relacionados con el estrés

Acné. El aumento en la producción de cortisol puede estimular las glándulas sebáceas para que produzcan más aceite, lo que puede obstruir los poros y provocar brotes de acné. Esto es particularmente problemático en adolescentes, que ya son propensos al acné debido a los cambios hormonales propios de la pubertad.

Eczema y dermatitis atópica. El estrés puede agravar ciertas condiciones inflamatorias de la piel como el eczema y la dermatitis atópica. Los brotes pueden ser más frecuentes y severos durante los periodos de alta presión, como las semanas de exámenes.

Psoriasis. Esta condición autoinmune de la piel puede verse exacerbada por el estrés. Los estudiantes con psoriasis pueden experimentar brotes más intensos y extendidos durante la temporada de exámenes.

Rosácea. El estrés puede provocar episodios de rosácea, una condición que causa enrojecimiento y a veces pústulas en la cara. La ansiedad y la tensión pueden hacer que los síntomas se vuelvan más visibles y difíciles de manejar.

¿Por qué afecta tanto a los adolescentes?

Los adolescentes y jóvenes están en una etapa de la vida en la que el cuerpo experimenta muchos cambios. La pubertad trae consigo fluctuaciones hormonales significativas que ya de por sí pueden causar problemas de piel. Añadir el estrés de los exámenes a esta mezcla puede sobrecargar el sistema y empeorar las condiciones existentes.

Sin embargo, seguir estos consejos para manejar el estrés y proteger la piel pueden servirte de ayuda:

1. Hábitos de cuidado de la piel. Mantener una rutina de cuidado de la piel constante es crucial. Limpiar, tonificar e hidratar la piel diariamente puede ayudar a mantenerla en buen estado. Es importante usar productos adecuados para el tipo de piel y evitar aquellos que sean demasiado agresivos.

2. Dieta y hidratación. Una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y agua puede tener un impacto positivo en la piel. Evitar alimentos procesados y con alto contenido de azúcar también puede ayudar a reducir los brotes de acné.

3. Ejercicio regular. La actividad física no solo es buena para el cuerpo en general, sino que también ayuda a reducir el estrés. El ejercicio regular puede mejorar la circulación, lo que a su vez beneficia la salud de la piel.

4. Técnicas de relajación. Practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda puede ayudar a gestionar el estrés. Estas prácticas no solo benefician la mente sino también la piel, al reducir la producción de cortisol.

5. Dormir bien. El sueño es esencial para la regeneración celular y la salud de la piel. Asegurarse de dormir lo suficiente puede ayudar a que la piel se recupere y mantenga su brillo natural.

6. Consultar a un dermatólogo. Si los problemas de piel persisten o empeoran, es recomendable acudir a un dermatólogo. Los profesionales pueden ofrecer tratamientos específicos y consejos adaptados a las necesidades individuales.El estrés y los nervios de la época de exámenes pueden tener un impacto significativo en la piel de los adolescentes y jóvenes. Sin embargo, con una combinación de buenos hábitos de cuidado de la piel, una alimentación adecuada, ejercicio y técnicas de relajación, es posible minimizar estos efectos y mantener la piel saludable. La clave está en reconocer la importancia de cuidar tanto la mente como el cuerpo durante estos periodos de alta presión.

Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento:Jerónimo Ors, farmacéutico y experto en el cuidado de la piel

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