Actualizado 22/09/2023 11:07

Siestas en niños, cuánto tiempo se les debe permitir

La siesta es muy importante para el desarollo de los niños
La siesta es muy importante para el desarollo de los niños - ISTOCK

El descanso es importante para los más pequeños de la casa. Los niños necesitan una gran cantidad de energía para hacer frente a todas las actividades que se les ponen por delante: deberes, juegos, atender en el colegio, etc. Para recargar pilas, nada mejor que dormir y no solo por la noche. Las siestas por la tarde también contribuyen a mantener las fuerzas.

Pero no hay que abusar de las siestas y dormir más de lo necesario. A cada edad este periodo de descanso debe variar en los niños para no descansar en exceso y tener problemas a la hora de irse a la cama por la noche. Desde Kids Health se dan las pautas a seguir para poder conseguir que los más pequeños de la casa recarguen pilas en este proceso.

Siestas por edades

Desde el nacimiento hasta los 6 meses. Los lactantes necesitan dormir entre 14 a 18 horas diarias. Los recién nacidos descansan de forma irregular a lo largo de la jornada, despertándose cada una a tres horas para comer. A medida que se acercan a los cuatro meses de edad, su ritmo de sueño se vuelve más estable.

La mayoría de los bebés duermen entre nueve y 12 horas por la noche, generalmente con una interrupción para comer, y pueden realizar de dos a tres siestas cada día, de entre 30 minutos y dos horas cada una.

De 6 a 12 meses. Los bebés a esta edad suelen dormir unas 14 horas diarias. En este tiempo se incluyen un par de siestas cada día suelen ser de 20 minutos en algunos bebés, o de varias horas en otros casos. A esta edad, los lactantes van dejando de lado la necesidad de despertarse por la noche para comer, aunque pueden mostrar síntomas de ansiedad por la separación, lo que puede contribuir a que tengan trastornos del sueño.

De 1 a 3 años. Los niños de esta edad necesitan entre 12 y 14 horas de sueño, tiempo en el que se incluyen una siesta de entre una y tres horas por la tarde. Los niños de poco más de un año pueden seguir necesitando echar dos cabezadas durante la jornada, pero se recomienda estas no permitirlas demasiado cerca de la hora de irse a la cama.

De 3 a 5 años. En la edad preescolar los niños suelen dormir un promedio de entre 11 y 12 horas por la noche, incluyendo una siesta por la tarde de unos 20 minutos. La mayoría dejan de lado de estas cabezadas en torno a los cinco años.

De 5 a 12 años. En esta etapa, los niños necesitan dormir entre 10 y 11 horas por la noche. Algunos pequeños de cinco años siguen precisando hacer la siesta y, en el caso de que resulte imposible realizarla con regularidad, pueden necesitar acostarse antes por la noche.

Acostumbrar a la siesta

A partir de los 5 años los niños pueden presentar problemas para irse a dormir la siesta. A estas edades los pequeños suelen preferir quedarse jugando que marcharse a descansar. En estos casos hay que enseñarles a adaptarse a esta rutina. La clave para que se acostumbre a estos horarios es algo tan sencillo como empezar desde pequeños a introducirlos.

Durante la etapa de la lactancia, hay que fijarse en pistas que indiquen que el niño tiene sueño, no cuando ya se haya quedado dormido. Estas ocasiones pueden servir para dejarlo cerrar los ojos o mantenerlo despierto hasta la hora que se quiera establecer como siesta.

Durante la primera infancia y la etapa preescolar puede ser más difícil adherirse a la rutina de hacer la siesta. Aunque a muchos niños les sigue encantando hacer la siesta, otros no querrán perderse ni un minuto de juego y lucharán con todas sus fuerzas contra el sueño incluso aunque se les estén cayendo los párpados.

En estos casos, hay que ceder hay que insistir en que necesita un tiempo de tranquilidad para recargar pilas. Si el niño empieza a dar síntomas de enfado, se puede permitir cierta actividad como leer, hablar en el sofá, u otras actividades que propicien su relajación y posterior descanso.

Damián Montero

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