En un mundo cada vez más conectado, pero también más solitario, la necesidad de una tribu o una comunidad para criar a los hijos resurge como un concepto fundamental que merece nuestra atención y reflexión. Desde tiempos inmemoriales, las culturas han reconocido que criar a un niño es una empresa que involucra a toda la familia, cercana y extensa, y también a la comunidad.